La pandemia no es obstáculo para vivir la fe, así lo han demostrado los devotos de la Virgen de la Consolación, patrona del estado Táchira. Quienes como peregrinos virtuales vivieron su fiesta este 15 de agosto, siguiendo la Misa Pontifical a través de la radio, televisión y redes sociales.
La ceremonia la presidió el Obispo Mario Moronta, en la Catedral de San Cristóbal a puerta cerrada con la presencia de algunos sacerdotes. Desde la Basílica de Táriba, que también permanece cerrada trajeron una réplica de la imagen venerada de Nuestra Señora de Consolación.
Los devotos a la Virgen participan de esta fiesta con la peregrinación virtual hasta el 11 de septiembre, rezando el rosario en casa, meditando la Palabra de Dios, y haciendo obras de caridad.
“En María del Táchira, podemos hallar un motivo para admirar desde lo más íntimo de nuestro ser, el misterio de Cristo. En y para el Táchira, María sigue siendo luz que ilumina nuestras sendas”, expresó monseñor Mario Moronta.
El Obispo reflexionó sobre el texto evangélico de las bodas de Caná, indicando que a este acontecimiento donde intercede la Virgen María por quienes tiene sus vasijas vacías, nos pide tres respuestas. La primera de ella, recordando el “Hagan ustedes lo que Jesús les dice. Nos está advirtiendo hoy muchas cosas: que hemos de remar mar adentro, lanzar las redes, compartir el pan con quien no lo tiene, acompañar al migrante herido en su dignidad, apoyar al médico que da lo mejor de sí, tener olor de pueblo”, dijo.
En segundo lugar, con el milagro de la transformación de agua en vino, “nos corresponde ser cooperadores en esta transformación. No sólo porque llenamos las tinajas; sino también porque lo llevamos a degustar a tantos maestresalas que andan de un lado para el otro”.
El Obispo señaló que, en tercer lugar, el milagro en Caná nos exige testimonio: “Dar a conocer cómo el Señor es quien realiza la obra, reafirmar nuestra fe de discípulos y animar a muchos a que se atrevan a seguir al Maestro de Nazaret. Hoy el mundo cree más a los testigos que a los maestros”.
Finalmente indicó monseñor Mario Moronta que “la festividad de María de la Consolación hoy, en la forma inédita que la celebramos por las condiciones creadas por la pandemia que nos ataca, deviene en una tremenda oportunidad para hacer lo que Cristo nos enseña. Para saber que Ella nos da a conocer la proyección de la “hora” salvífica de su Hijo, y cómo estamos involucrados en la transformación eucarística de nuestra sociedad”.
Antes de la bendición, el Prelado elevó una plegaria ante la imagen de la Virgen de Consolación: “Te pedimos nos sigas acompañando en el Táchira y en todo el universo. Que la nuestra siga siendo una Iglesia en salida, pobre para los pobres y fiel al Evangelio”. (Prensa DiócesisSC)
Texto completo de la Homilía de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación