Las palabras superan las fronteras a través de la imaginación un privilegio majestuoso del que todos nos satisfacemos en el transcurrir de nuestras vidas, sin embargo, hay quienes llevan cada momento vivido a un plano donde las emociones salen a flote y todos no sentimos desnudos por una palabra que deja huella o una oración que desata una cadena de sentimientos que hacen que hasta la más mínima partícula del cuerpo disfruta.
En Venezuela, cada 29 de noviembre, en conmemoración de uno de sus hijos ilustres, Andrés Bello (1781-1865) se celebra el día del Escritor y de la Escritora, una fecha que enaltece una labor que durante años ha luchado contra la adversidad, pero que, pese a ello, no cesa de batallar, puesto que la imaginación no se detiene y siempre se tiene algo que decir, sentir, y divulgar.
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Andrés Bello fue uno de los maestros de Simón Bolívar. Se destacó como prócer de la independencia venezolana bajo su condición de diplomático, está disposición lo condujo a residenciarse por casi 20 años en Londres. Luego del proceso que logró la independencia de varias naciones, en 1829, se instala en Santiago de Chile, donde desarrolló su trabajo gramatical y seguidamente fue el rector fundador de la Universidad de Chile, allí vivió hasta su muerte en 1865.
Los escritores y escritoras venezolanas han generado sus obras en dos tiempos de la realidad política nacional, el primero en el marco de luchas, dictaduras y golpes de estado y el segundo, en presencia de la democracia que los guió y determinó parte de sus prolíficos trabajos.
Escritores venezolanos primera mitad siglo XX
Ramos Sucre (1890-1930)
Es uno de los escritores venezolanos famosos. Poesía en prosa de la vanguardia venezolana. Considerado un precursor del surrealismo latinoamericano y a la vez poeta maldito. Está entre los más reconocidos autores de la Generación del 18.
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Rómulo Gallegos (1884-1969)
El exponente más emblemático de la elucubrada relación política-literatura que ostentan las letras venezolanas. Fue presidente y novelista. Su reconocimiento como escritor y dramaturgo lo ayudó a convertirse en presidente.
María Calcaño (1906-1956)
Su poesía cargada de sensualidad y confrontación era una afrenta real contra la moral de la época. Es conocida como la poeta del eros. Su osadía la llevó a vivir décadas en el olvido literario.
Ida Gramcko (1924-1994)
A los 13 años gana su primer premio literario y a los 19 se convierte en la primera periodista policial del país. Como el mito de Sísifo, su obra es subida y bajada perenne, peregrinaje incesante a caminos infernales y al autodescubrimiento.
Miguel Otero Silva (1908-1985)
Político, insurrecto y escritor, no necesariamente en ese orden, pero son las palabras que pueden definir a este autor. Vivió en una de las épocas más violentas de la historia del país, transitando entre dictaduras y golpes de estado. Sus obras se volvieron baluarte universal.
Escritores venezolanos segunda mitad del siglo XX
Guillermo Meneses (1911-1978)
La mano junto al muro es una obra de culto entre los literatos venezolanos. Meneses y sus cuentos fundaron la creación literaria ficcional, profunda y filosófica en Venezuela. La mano junto al muro intenta ficcionalizar una de las ideas humanas más complejas, tratar de asir lo inconmensurable, de asir el tiempo y su devenir.
Aquiles Nazoa (1920-1976)
Logró componer la crítica, la introspección y la rebeldía en dóciles palabras y rimas casi infantiles. El poeta del pueblo. El poeta de los niños. Con humor y su letra sencilla enamoró a todo el país con su talento. Humor y amor es su obra maestra y es una joya preciosa de las bibliotecas venezolanas.
Salvador Garmendia (1928-2001)
Padre de la novela urbana en Venezuela. Sus cuentos exploran el contraste entre la urbanidad. Mientras recorre la alienada sociedad citadina, da cuenta de la destrucción irreparable de la ruralidad.
Víctor Valera Mora (1935 -1984)
Poco celebrado fuera de su país, pero aun así un templo de la poesía moderna. La realidad política venezolana lo ha convertido en un objeto a veces esotérico y otras tantas execrable. Su innegable vinculación a la izquierda de los años 70 dejó rastros profundos en su obra.
Oscar Marcano (1958)
Confabulado con el realismo sucio y con una escritura cínica y culta. Sin llegar a los excesos, la obra de Marcano está embriagada con el aura de lo pasmoso de lo cotidiano.
Carlos A. Ramírez B.