El 12 de octubre de 1922, el Papa Pío XI, erigió cuatro Diócesis en el territorio Venezolano: Coro, Cumaná, Valencia y San Cristóbal. Todas ellas derivadas de circunscripciones eclesiásticas preexistentes, con el objetivo de fortalecer la vida de fe promoviendo vocaciones sacerdotales y la formación del pueblo cristiano, defender la santidad de la familia, favorecer la caridad y la concordia en el país, así como extender la obra de las misiones.
Es así que la Iglesia venezolana se regocija en el mes de octubre con la conmemoración del camino del Pueblo de Dios junto al clero en estas cuatro entidades. En particular la Iglesia Local de San Cristóbal participa del júbilo por el trayecto recorrido a lo largo de 103 años y renueva la esperanza, especialmente en este Año Jubilar, sobre la senda que continuará para servir a Cristo y proclamar el Evangelio.
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Monseñor Juan Alberto Ayala, obispo auxiliar de San Cristóbal, conversó con Diario Católico sobre este aniversario, ofreciendo un recuerdo agradecido al episcopado que ha llevado las riendas de la Iglesia Local y reflexionando sobre su presente y futuro.
Legado
“Es una herencia de grandes pastores, inclusive con olor a santidad, porque lo dieron todo por nuestra diócesis: el Siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel, monseñor Arias Blanco, monseñor Fernández Feo, monseñor Marco Tulio Ramírez, monseñor Mario Moronta, todos de feliz memoria, quienes se gastaron con amor, entrega y dedicación a la Iglesia del Táchira”, señaló monseñor Ayala.
Explicó que todos ellos siempre buscaron servir al pueblo de Dios sin esperar nada a cambio, solo por amor. Siempre llevar la Palabra, evangelizar y en su gran mayoría llegar hasta los últimos rincones del estado Táchira y de todo el territorio que les fue confiado, pues durante un tiempo el Alto Apure también lo atendía la Diócesis de San Cristóbal.
En este sentido, acotó que la Diócesis de San Cristóbal ha contribuido a la edificación de otras Iglesias locales, por ejemplo, la de Barinas, donde hasta hace poco la gran mayoría de su clero fue formado en el seminario Santo Tomás de Aquino.

Monseñor Ayala refiere que la historia de la Diócesis es muy rica, producto del trabajo y esfuerzo de los pastores que han dirigido su camino y han sentado las bases de esta obra de Dios que avanza ya en más de un siglo.
“Del clero formado aquí, la Iglesia ha tenido a bien llamar a 20 sacerdotes para el episcopado. Somos 20 los obispos que hemos salido de esta Diócesis de San Cristóbal y esto para nosotros es una bendición, pero también un compromiso de evangelizar y transmitir las costumbres de nuestro pueblo y mostrar tantas cosas que nos han servido para crecer en la fe, el amor y la esperanza”.
Presente
La vista a la historia de la Iglesia del Táchira lleva a considerar, según reflexiona monseñor Juan Alberto, tres aspectos muy importantes que la caracterizan: el sentido de identidad y pertenencia, el compromiso del clero y la buena voluntad del Pueblo de Dios.
Sobre el primero, reitera que el esfuerzo de los Obispos ha sembrado un gran sentido de pertenencia con la Iglesia Local y con las comunidades parroquiales, tanto del clero como de los fieles.
“De ellos hemos recibido muchas cosas, pero sobre todo un ministerio muy alegre, de trabajo, de lucha. También un ministerio muy fecundo y servicial. Y digo fecundo porque tenemos 94 parroquias y varias rectorías, casi llegando a las 100, así como un clero numeroso”.
Y continúa: “En segundo lugar, los sacerdotes son muy comprometidos y ese compromiso nos lleva a tener iglesias y templos muy hermosos y bien acondicionados, pero de una manera especial nos lleva a tener comunidades parroquiales muy activas”.
Monseñor reconoce el valor y la participación de los fieles, al señalar que “podemos conceptualizar la historia de 103 años en lo que citaba monseñor Moronta: el Táchira hace lo que el Táchira quiere, y por eso ha sido una tierra de gente trabajadora, pujante, que no se vara por nada, que avanza y construye para bien”.
“El Táchira ha sido muy generoso, pues ha enviado sacerdotes a muchas diócesis. Tenemos varios sacerdotes ayudando por ejemplo en el Vicariato del Caroní y también otros misioneros”.
Futuro
Al consultarle sobre los retos y desafíos de la Iglesia local, el obispo auxiliar expresa que el primero es seguir consolidando la Diócesis con más fuerza, acompañando a los laicos y profundizando en su formación porque “ellos son el ahora de la evangelización en cada una de las parroquias”.
“Tenemos el reto de ayudar y formar a las personas para defenderlas ante este mundo de cosas que hoy la sociedad proporciona como el relativismo moral, la falta de conciencia, la injusticia, el engaño, el autoengaño y tantos otros males que aquejan a la sociedad. Nosotros tenemos que estar allí para anunciar siempre la verdad, y la verdad es Dios”.

Asegura que un gran desafío es seguir luchando por las vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida consagrada. “Hemos disminuido en vocaciones, pero tenemos el compromiso de buscarlas, de acompañarlas y ayudarles para que en un tiempo no muy lejano tengamos también muchos sacerdotes, no solo para acá sino para otras diócesis”.
Afirma que, en atención a ello, monseñor Lisandro Rivas y todo el clero está muy comprometido en profundizar la campaña vocacional y afianzar la formación sacerdotal.
“Este año han ingresado 21 jóvenes al seminario mayor para un total de 58 en esta etapa y comenzamos con 98 en el seminario menor. Es un buen número, pero no nos podemos quedar con solo los números, tenemos que lograr calidad en los sacerdotes para poder evangelizar”.
Para finalizar expresó su esperanza y confianza en los fieles: “los tachirenses, el pueblo de Dios, es un pueblo de fortaleza, de valentía, aunque haya dificultades, siempre ven hacia adelante, nunca ven para atrás”.
Ana Leticia Zambrano