La crisis educativa en Venezuela ha cobrado fuerza, desde las investigaciones que realiza FundaRedes, se ha detectado la grave situación que vive la comunidad universitaria de la Universidad de Los Andes (ULA) núcleo Táchira, y que hoy permanece flagelada por un Estado indolente, que pretende dejar morir la formación de profesionales, puesto que se ha incrementado la deserción estudiantil bajo las opciones de migración o prescindir de la formación profesional para buscar sobrevivir en Venezuela.
La data correspondiente a la matrícula de estudiantes para el año 2022 arrojó que de 7.000 mil estudiantes que hacían vida académica en la ULA, hoy solo 1.200 se encuentran activos en sistema, contando con 600 alumnos de forma presencial en las aulas de clase, 80 alumnos completan la próxima promoción de egresados en todas las menciones de la carrera de Educación y la mayor población estudiantil se encuentra en el área de Medicina, Comunicación Social e Idiomas Modernos.
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Desde puertas dañadas, accesos inhabilitados, vidrios rotos, baños en estado deplorable, aulas sin luminarias, entre otras deficiencias, es parte de la acentuada crisis que se vive en la Universidad de los Andes- Táchira, casa de estudios, que desde el 2007 comenzó a vivir muy de cerca las consecuencias de una reconducción de presupuesto, como lo detalló el coordinador administrativo de la ULA Táchira, profesor Omar Pérez Díaz.
Quien afirmó al Observatorio de Educación de FundaRedes que, “los beneficios con los que contaba nuestra alma mater, hoy en día son irrisorios, tanto así que personal administrativo y obrero, se ven en la obligación de buscar otras alternativas para sobrellevar la crisis económica, sumado a que las clases no están realizándose con total normalidad”.
De esta forma, la universidad ha ido perdiendo su operatividad, ocasionando que estudiantes y trabajadores, se vean envueltos en la vulneración directa de sus derechos, en cuanto a una educación digna, instalaciones en condiciones óptimas para un buen desarrollo académico, servicios óptimos, entre otras que, elevan el índice de deserción en la matrícula escolar.
Beneficios nulos a estudiantes y docentes
Por su parte Douglas Barboza, presidente de la Asociación de Profesores ULA seccional Táchira, indicó que, “el Estado tiene en total abandono las aulas de clase, igual sucede en pasillos y patios, además, el deterioro de las unidades de transporte que cumplen las rutas que trasladan a los estudiantes, las mismas están inservibles, los techos de los pasillos sin ningún tipo de mantenimiento con cúpulas totalmente partidas, los vidrios de puertas y ventanas están destrozados o en algunas aulas ya no hay”.
Aseguró que “la biblioteca de la universidad es otro de los espacios totalmente abandonados, no cuentan con los materiales adecuados para la limpieza y mantenimiento de los libros, sumándole que la infraestructura tiene filtraciones que inhabilitan el acceso a todos los espacios, con los que deberían contar los estudiantes de las distintas carreras que allí hacen vida”.
“Todo esto se traduce en la indolencia que el Estado tiene hacia las universidades, nuestra institución necesita del apoyo de entes comprometidos con la educación y formación del futuro de un país, y en este caso, espacios como la biblioteca solo cuentan con el apoyo de algunos docentes y estudiantes, a quienes sí les duele la universidad”, recalcó Barboza.
Estudiantes limpian y recuperan áreas de la universidad
En representación de los estudiantes de la ULA, Daniel Lugo consejero universitario mencionó que “la universidad decayó en el nivel de preparación de nuestros compañeros, puesto que a causa de la renuncia de muchos docentes, a algunos profesores les ha tocado tomar unidades de crédito extras de otras materias que no les corresponden, ocasionando esto que no se lleve a cabo una óptima enseñanza en cada área”.
Asimismo, resaltó que los estudiantes han tenido que tomar la iniciativa para recuperar los espacios físicos de la universidad, bajo la modalidad del servicio comunitario “no hay personal obrero completo para abarcar cada área física de la universidad, entonces los estudiantes son quienes limpian, trabajan el ornato y recuperan espacios en la medida de sus posibilidades”.
“Todo se denuncia pero la inoperancia del Estado domina la situación, aunado a todo esto se perdieron las reivindicaciones para los estudiantes, en estos momentos hoy hay servicio de comedor, la beca estudio consta de 7 bolívares actualmente y la beca trabajo no se está cancelando, es decir, el estudiante ha quedado completamente desamparado en la preparación como profesional”, resaltó Lugo.
Dejó conocer que “un beneficio tan importante como es el comedor quedó completamente excluido, puesto que la última bandeja de comida que se sirvió completa fue en el año 2017, de ahí en adelante el detrimento fue considerable puesto ya que los alimentos estaban podridos y no había proteínas para suplir las necesidades alimentarias del estudiante, cerrándose el comedor por completo en el año 2019”.
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Otro de los espacios que no cuenta con el mantenimiento adecuado es la biblioteca “Luis Beltrán Prieto Figueroa”, estructura que padece graves filtraciones, escases de mobiliario, químicos para la limpieza y recuperación de libros, aunado a la falta de personal, puesto que los pocos trabajadores que aún permanecen solo asisten los días martes y jueves, debido a que el salario no permite su asistencia diaria.
En este orden de ideas, Mackler García coordinador del Observatorio de Educación de FundaRedes, afirmó que a través de la visita realizada a la casa de estudios, se evidencian que las condiciones en las que permanece la ULA, no son las mejores para un proceso óptimo de enseñanza – aprendizaje.
“Los estudiantes que sueñan con formarse y que son los próximos profesionales de la nación, pierden la esperanza de estar en espacios donde se brinden las condiciones idóneas que debería asegurar el Estado venezolano, por lo que hoy exigimos se garanticen estos derechos contemplados en la CRBV”, recalcó García.
Es por ello que, FundaRedes a través del Observatorio de Educación, en su labor diaria y permanente de monitoreo y registro de vulneración de derechos humanos, evidencia las lamentables condiciones en las que se encuentra la ULA- Táchira, la cual es sometida a una falta de atención inminente por parte del Estado venezolano y donde se evidencia la emergencia humanitaria compleja que arropa al país, , por lo que el llamado es a que los organismos competentes atiendan de forma inmediata las necesidades en todos los sectores educativos.
(Prensa FundaRedes)
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