«Esta mundanidad asfixiante se cura saboreando el aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de permanecer centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios. No nos dejemos robar el Evangelio» (EG 97). Con estas palabras se puede resumir bien el encuentro del Papa Francisco con la Comunidad de la Pontificia Academia Eclesiástica (PAE), que tuvo lugar ayer por la tarde en la Institución situada en la Plaza de la Minerva 74, de Roma, que desde hace 320 años forma al futuro personal de las Representaciones Pontificias.
Fue un encuentro sencillo, intenso y familiar, caracterizado por la fraternidad y la cercanía del Sucesor de Pedro con los jóvenes sacerdotes que se preparan para vivir su ministerio al servicio de la Iglesia y del Santo Padre en las distintas misiones diplomáticas.
Poco antes de las 18:30, el Papa fue recibido por el Presidente del PAE, Monseñor Joseph Marino, por el Secretario para las Representaciones Pontificias, Monseñor Jan Romeo Pawłowski, por el Ecónomo y Prefecto de Estudios, Monseñor Gabriel Marcelo Viola Casalongue y por los estudiantes. Un encuentro esperado durante dos años con inquietud y entusiasmo, que se perdió el año pasado a causa de la pandemia; un signo concreto de la paternal cercanía y atención del Santo Padre.