La Iglesia celebra la Solemnidad de San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María y Patrono de la Iglesia Universal, en coincidencia, hoy, con el VII aniversario del inicio del Pontificado del Papa Francisco. Por esta razón deseamos recordar la gran devoción que el Santo Padre le tiene, partiendo de aquel episodio, en que saliéndose del discurso que tenía preparado en inglés, habló a las familias filipinas en nuestro idioma para comentar:
Yo también quisiera decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a San José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y tengo en mi escritorio una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no.
En la familia hay que levantarse y actuar. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él. Es muy importante.
El Papa Francisco también decía en aquella oportunidad: “Del mismo modo que el don de la Sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. Lo mismo que con San José. A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante. A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan el plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret”.
Que las familias le pidan a San José ayuda en sus dificultades
Y añadía que debemos pedirle a San José, “que es amigo del ángel, que nos mande la inspiración de saber cuándo podemos decir ‘sí’, y cuándo debemos decir ‘no’. Puesto que “las dificultades de las familias son muchas”.
Un Santo que llegó a ser una bendición para la humanidad
Francisco decía asimismo que “José escuchó al ángel del Señor y respondió a la llamada de Dios para cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición, no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia”.
Hombre justo, respetuoso de la ley, trabajador y humilde
El Santo Padre habló en diversas oportunidades de San José. Así lo hizo, por ejemplo, el 18 de diciembre de 2018, en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. En esa oportunidad, el Papa se refirió a San José como “el hombre de los sueños, con los pies en la tierra”. Y a partir de ambas expresiones habló de las características de este gran Santo.
Francisco comenzó su homilía recordando que gracias a las Sagradas Escrituras lo conocemos como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Quien, además, en un primer momento, ante lo incomprensible, “prefiere hacerse a un lado”. Pero después “Dios le revela su misión”. Y así José la acepta, abraza su papel y acompaña el crecimiento del Hijo de Dios “en silencio, sin juzgar y sin hablar de más, en una palabra sin chismorrear”
Dios habla en los sueños
Del “sueño” el Papa decía que es un lugar “privilegiado” para buscar la verdad, porque allí no nos defendemos de la verdad. Además de que también Dios habla en los sueños, si bien no siempre, pero Dios – decía Francisco – muchas veces eligió hablar en los sueños, tal como se lee en la Biblia. Y así lo hizo con José que era el hombre de los sueños, pero no era un soñador. “No era fantasioso”.
Por esta razón Francisco pedía que no perdamos “la capacidad de soñar”, esa que tuvo San José, esa capacidad que nos permite abrirnos al mañana “con confianza”, a pesar de las dificultades que pueden surgir.
No perder la capacidad de soñar el futuro
Cada uno de nosotros – decía el Papa Francisco – debe soñar “sobre nuestra familia, sobre nuestros hijos, sobre nuestros padres. Mirar como yo quisiera que fuera su vida. Y también los sacerdotes: soñar sobre nuestros fieles, qué queremos para ellos. Soñar como sueñan los jóvenes, y allí encuentran un camino. No perder la capacidad de soñar, porque soñar es abrir las puertas al futuro. Ser fecundos en el futuro”.