En mayo, el Papa León XIV pronunció su primera catequesis desde la Plaza de San Pedro, donde, centrándose en la parábola de El Sembrador, destacó que “un sembrador, bastante original, sale a sembrar, pero no se preocupa de dónde cae la semilla. La arroja incluso donde es improbable que dé fruto: en el camino, entre las piedras, entre los espinos”.
Para el Papa, esta forma en que este sembrador «derrochador» arroja la semilla es una imagen de la forma en que Dios nos ama. Además, subrayó que “estamos acostumbrados a calcular las cosas —y a veces es necesario—, ¡pero esto no vale en el amor!”
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El Pontífice explicó que “Dios arroja la semilla de su Palabra sobre todo tipo de terreno, en cualquier situación en la que nos encontremos: a veces somos más superficiales, otras veces nos dejamos llevar por el entusiasmo, o estamos agobiados por las preocupaciones. Pero Dios confía y espera que tarde o temprano la semilla florezca”. Con estas palabras, el Papa recordó que “esta es la esperanza, fundada sobre la roca de la generosidad y la misericordia de Dios”.
El Papa León XIV hizo un llamado a vivir en esperanza y a sembrar paz en la vida cotidiana, especialmente en estos primeros meses de su pontificado, donde su ejemplo ha sido un testimonio de confianza y misericordia. La parábola de El Sembrador, nos muestra que “Dios no nos quiere en un terreno perfecto, sino que nos ama y confía en nosotros, incluso en los terrenos más imposibles”.
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