Durante su estancia de verano en Castel Gandolfo el Papa León XIV presidió la Santa Misa en la capilla de la estación de los Carabineros, ubicada en esta localidad situada a 25 kilómetros de la ciudad de Roma.
La sede se encuentra en la Villa dei Gesuiti (“Casa de los Jesuitas”), propiedad de la Santa Sede y actualmente arrendada a los Carabineros, a la Compañía de Jesús y a algunos residentes locales.
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Los Carabineros son la gendarmería nacional de Italia, una fuerza policial de carácter militar que depende del Ministerio de Defensa y cuya labor abarca desde el orden público hasta la seguridad interna.

A la celebración asistieron el Ministro de Defensa de Italia, Guido Crosetto, el Comandante General de los Carabineros Salvatore Luongo, y el arzobispo Gian Franco Saba, ordinario militar para Italia.
Hermanos y hermanas en Cristo
En su homilía, el Papa León centró su mensaje en el saludo cristiano “hermano” y “hermana”, términos que —dijo— representan relaciones vivas que expresan cercanía y afecto dentro de la liturgia.
«Somos verdaderamente hermanos y hermanas de Jesús cuando hacemos la voluntad de Dios, es decir, cuando vivimos amándonos unos a otros como Él nos ha amado», afirmó.

El Papa añadió que cada relación, vivida en Cristo, se convierte en un regalo, ya que es el mismo Jesús quien envía al Espíritu Santo a habitar en nuestros corazones cuando vivimos en el amor mutuo.
«El amor de Dios es tan grande —dijo— que Jesús no se reserva ni siquiera a su madre, y en la hora de la cruz nos la entrega como madre nuestra».
También destacó que María es considerada la primera discípula porque fue la primera en acoger la Palabra de Dios en su corazón con amor y fidelidad.
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