No se puede permanecer indiferente ante la catástrofe humanitaria que azota Sudán, con cerca de 14 millones de desplazados y más de 300.000 civiles atrapados en la ciudad de El Fasher, pero también ante el millar de muertos causados por el desplazamiento de tierras que en los últimos días ha golpeado la aldea de Tarasin, en la región de Darfur central.
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“Hago un llamamiento de corazón a los responsables y a la comunidad internacional para que garanticen los corredores humanitarios y pongan en marcha una respuesta coordinada para detener esta catástrofe humanitaria. Es hora de iniciar un diálogo serio, sincero e integrador entre las partes, para poner fin al conflicto y devolver la esperanza, la dignidad y la paz al pueblo de Sudán.”
Cerca del pueblo sudanés
León XIV describe la situación en El Fasher, donde hay personas atrapadas, «víctimas del hambre y de la violencia», recuerda el rastro de «dolor y desesperación» causado por el corrimiento de tierras en las montañas de Marra. «Y, por si fuera poco», afirma, «la propagación del cólera amenaza a cientos de miles de personas ya exhaustas.
“Estoy más cerca que nunca del pueblo de Sudán, especialmente de las familias, los niños y los desplazados. Rezo por todas las víctimas”
En la tragedia permanece el amor de Dios
También en sus saludos en inglés, el Papa se refiere a Darfur, invocando «la paz eterna» para las víctimas «así como consuelo y fuerza para sus seres queridos».
“Incluso en medio de tales tragedias», subraya León XIV, «no perdamos nunca la esperanza en el amor de Dios por nosotros”.
Pronto santos, Acutis y Frassati
Dirigiéndose después a los peregrinos polacos, les pidió que rezaran por los niños y jóvenes que en septiembre comenzarán de nuevo la escuela y por quienes se ocupan de su educación. «Pidan para ellos, por intercesión de los beatos, y pronto santos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis», dice el Pontífice, «el don de una fe profunda en su camino de madurez».
Vatican News