Con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el Papa Francisco pidió «un mundo cada vez más inclusivo» este domingo en la plaza de San Pedro.
«Estamos llamados a construir un mundo cada vez más inclusivo, que no excluya a nadie», dijo el papa desde una ventana del palacio apostólico, tras la tradicional oración del Ángelus.
«Me uno a quienes, en las distintas partes del mundo, están celebrando esta Jornada», dijo el pontífice al saludar a numerosas comunidades extranjeras en la plaza de San Pedro que llevaban banderolas.
El papa consideró que es necesario caminar juntos, sin prejuicios y sin miedos, poniéndose junto a quien es más vulnerable: migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de la trata y abandonados.
El Papa, que a su vez procede de una familia de emigrantes italianos instalados en Argentina, pidió a los fieles y a los turistas que fueran a contemplar una escultura monumental instalada en la plaza de San Pedro en septiembre de 2019 y que representa a 140 emigrantes de diversos países, religiones o épocas históricas, en una barca.
«No cerremos las puertas a su esperanza», dijo Francisco.
El papa había denunciado un poco antes la «cerrazón», que considera la «raíz de muchos males de la historia, del absolutismo que a menudo ha generado dictaduras y de muchas violencias hacia quien es diferente».