Cada 20 de enero la ciudad de San Cristóbal se engalana con la conmemoración de su santo patrono, San Sebastián, quien por años ha sido motivo de controversias que denotan la particular manera de erigir un santo que además de ser una fuente de fe debate su aparición, de acuerdo a los historiadores, 17 años más tarde que la fundación del valle, ahora ciudad, enclavada en la creencia sublime de su fundador Juan Maldonado Ordóñez y Villauirán.
Pese a esta diatriba la conmemoración es una acontecimiento que durante años ha movilizado a fieles, por un lado y a comerciantes y turistas que ven en la Feria Internacional, que lleva el nombre del patrono, una oportunidad para conocer y comercializar, sin embargo, lo importante e idóneo, como lo expresaMonseñor Luis Gilberto Santander, capellán de Su Santidad, es lo que representa el santo en el corazón de la Iglesia católica y por ende, en todos quienes son fieles al testimonio vivo de Dios todo poderoso.
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“San Sebastián representa el más claro ejemplo del testimonio de fe ante los demás, animando a los perseguidos por el imperio romano en la figura del emperador Diocleciano que brutalmente llevaba a quienes profesaban la fe cristiana al circo romano para que fueran devorados por los leones salvajes (…) San Sebastián ayudaba con la persuasión de su palabra y el testimonio de su propia vida por lo que creía”.
Para monseñor honrar al patrono es un deber que se gesta con documentarse para conocer su vida e imitarla como un ejemplo vivo de la fe por encima de cualquier circunstancia, esto evidenciado no solo en la palabra sino con una vida entregada en defensa de las creencias católicas.
“Se debe defender la fe tan atacada hoy por el relativismo ético que afirma que todo es bueno y el postmodernismo que niega toda institución entre ellas la iglesia, la familia y los valores cristianos (…) San Sebastián defendió la fe recibida, la dio a conocer y sufrió con alegría el martirio para fortalecer la fe de sus hermanos”.
Historia
El doctor historiador Luis Hernández, referencia regional en todos los ámbitos, aduce que la controversia que se presenta en la cualidad de patrono o no de San Sebastián es un tema que ya se ha estudiado y que se fundamenta en los documentos históricos que residen en la hemeroteca del Diario Católico.
¿Cómo llega San Sebastián a ser patrono de San Cristóbal?
Pues no hay oficialización alguna de eso. Es lo que (José Joaquín) Villamizar Molina ha cuestionado. En su defensa a ultranza del patronazgo de San Cristóbal, Villamizar Molina escribió vehemente, que “ningún papa, ningún obispo, ningún alcalde, ningún presidente de la República en cuatro siglos y medio, ha proclamado a San Sebastián como patrono de la ciudad”.
Dentro de la anécdota, el propio Ferrero recuerda el encuentro entre el viejo cura de Táriba, Miguel Antonio Briceño Picón y el joven presbítero Carlos Sánchez Espejo.
Acostumbraba Briceño escribir en papelitos la pregunta que quería hacer. Le envió uno a Sánchez Espejo, inquiriéndole “Padre Sánchez. ¿Por qué si San Cristóbal se llama así, su Patrono es San Sebastián? El padre Sánchez entre risueño y exacto escribió al respaldo del mismo minúsculo papel lo siguiente: “Padre Briceño. Si usted que tiene 80 años no lo sabe, ¿cómo quiere que lo sepa yo?”
Forma ésta, otra de las controversias y de las paradojas que hacen de San Cristóbal una ciudad singular, tal vez única en sus contradicciones.
¿Cómo sancristobalense cómo se debería honrar al patrono San Sebastián?
De eso saben más los sacerdotes que uno. Hubo una época inclusive en que monseñor Fernández Feo, tercer obispo de San Cristóbal cuestionó la celebración de la feria porque ya la orgia, el derrape que existía era tan grande que el obispo se negó a celebrar en una ocasión el 20 de enero. Entonces colocaron una fecha completamente distinta, sin embargo, ha habido mucha adhesión en los últimos años vemos que Monseñor Moronta aprovecha esas fechas de San Sebastián para hacer su homilía y denunciar mucho de los males que se viven en San Cristóbal, el de manera muy valiente lo ha hecho en los últimos años.
Entonces cómo debe honrarse, pues debe hacerse lo que se hace normalmente pero ya no es con la fuerza de antes, son muchas las circunstancias que han cambiado ya lo que sería una celebración de San Sebastián de hace 100 años a la que se hace hoy día.
¿Qué representa San Sebastián para San Cristóbal?
Es una gran contradicción San Sebastián es el patrono, pero como llega a ser patrono por todos los españoles que movieron durante todo ese proceso de conquista durante la lucha de setenta años con los indios que habitaron estas tierras, ellos fueron los que invocaron a San Sebastián para que los protegiera de las flechas de los indios y por eso la fuerza del patrono San Sebastián.
José Joaquín Villamizar Molina, dice que él no consigue exactamente desde cuando comienza a llamarse el templo San Sebastián, pero eso es una tarea en la cual ya hay precisión. Ya hay documentos y cada vez nos metemos más en los documentos que en este momento custodia el padre José Lucio León en el archivo de la catedral.
Fe
El cronista emérito del municipio Lobatera, Samir Sánchez, aduce que San Sebastián representa fe e identidad tachirense y sancristobalense, es a su parecer, la muestra palpable de “nuestra fe, nuestras raíces, de nuestra tierra y de nuestra cultura”.
El historiador expresa que las actuaciones de mayor envergadura del santo se evidencian en defender la fe por encima de su vida acciones que debe ser reconocida y estudiada por todos los residente de esta tierra.
“La acción de fe más representativa de San Sebastián es la de haber sido testigo de la fe y defenderla hasta con su propia vida, de haber sido perseverante en lo que creía y profesaba, en especial en los tiempos difíciles de persecución (…) considero que se debe instruir a todo fiel cristiano sancristobalense para que conozcan la vida y el ejemplo de nuestro santo patrón, dándole el lugar de honor que les corresponde, a través de una pastoral articulada para conseguir ese objetivo.
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Sánchez reprocha como se ha perdido el respeto por el patrono y se ha minimizado con la presencia de espectáculos y centros de divertimento que dejan por sentado que la conmemoración está lejos de honrar al santo y es solo una excusa para otro tipo de actividades diametralmente distintas a la razón religiosa originaria.
“Es una celebración que, primeramente, debe ser de fe, de gratitud hacia el Dios altísimo por la vida ejemplar y el martirio de San Sebastián, de recuerdo de su muerte heroica (…) se debe retornar a la fe de nuestros mayores y devolverle el sentido de memoria y fiesta patronal de la ciudad de y reencuentro de los sancristobalenses”.
Carlos Ramírez
