Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya
Fe creída, Fe vivida
El orden social es FRUTO DE LA INTEGRACIÓN de los grupos, instituciones y asociaciones que los hombres constituyen libremente para el desarrollo de su vida personal y comunitaria, que comumente llamamos cuerpos intermedios.
El orden social exige una REGULACIÓN JURÍDICO-POLÍTICA que se edifique sobre el PRINCIPIO INALIENABLE DE LA DIGNIDAD DE LA PERSONA, fundamento, principio, y fin de toda relación de convivencia donde se reconozca, proteja, garantice y fomente el EJERCICIO LIBRE DE LOS DERECHOS Y DEBERES fundamentales de las personas y que sirva a la promoción del bien común.
La organización política de la sociedad política, requiere de un PUEBLO CONSCIENTE de sus derechos, deberes y libertades, titular del poder político, con derecho a decidir cómo quiere ser gobernado y quién quiere que le gobierne. Una AUTORIDAD POLÍTICA legítimamente constituida, a la que corresponde el derecho de mando, en tanto que función institucionalizada en el Estado. Un ORDEN JURÍDICO justo, estable, y público, que garantice los derechos, deberes y libertades fundamentales del hombre.
A este respecto, la doctrina católica enseña: DIOS ES EL ORIGEN DEL PODER, en tanto que Creador del hombre y del mundo. La autoridad política es una EXIGENCIA DE LA NATURALEZA HUMANA. Los gobernados eligen a sus gobernantes, pero no les transfieren la titularidad del poder; por lo que éste es SIEMPRE REVOCABLE.
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La relación entre el derecho de mando y el deber de obediencia se sustenta en la confianza y se legitima por su sometimiento al orden moral. La corrupción del derecho de mando DEGENERA EN TIRANÍA, lo que legitima el DERECHO DE RESISTENCIA.
La legítima defensa nada tiene que ver con un supuesto derecho de revolución. EL ESTADO no es un sujeto, sino UNA PARTE DE LA SOCIEDAD POLÍTICA. Su función es SUBSIDIARIA y su finalidad es la PROMOCIÓN DEL BIEN COMÚN.
LAS LEYES POSITIVAS no pueden sustentarse en la mera voluntad de los legisladores, en proyectos ideológicos o de Gobierno, ni en la voluntad de la parte mayoritaria de la sociedad. LA FUERZA DEL DERECHO RESIDE EN LA JUSTICIA.
EL DERECHO NATURAL es el fundamento pre-político sobre el que debe sostenerse el Derecho. De igual modo que en la sociedad política nacional, la sociedad internacional resulta de la integración de las personas, pueblos, Estados y organizaciones. Ésta debe superar la justicia conmutativa y buscar el desarrollo solidario de la humanidad. Para ello es preciso reivindicar el lugar del ius gentium, el derecho de las gentes.
El incremento en el número de Estados nacionales desde el fin de la II Guerra Mundial ha hecho proliferar el número de los organismos internacionales. La coordinación entre estos, los Estados, los pueblos y los ciudadanos reclama la constitución de una autoridad mundial, que no un Estado global.
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Entre las CAUSAS DE LOS PROBLEMAS QUE AQUEJAN LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LA CONVIVENCIA tenemos: la concentración del poder político en manos de una sola persona o institución, la intromisión del poder político en la esfera de los derechos y libertades fundamentales de las personas, así como la asunción por parte del Estado de deberes y responsabilidades que le corresponden a la sociedad, la acción política encaminada a la satisfacción de intereses privados, el establecimiento de un orden jurídico arbitrario, dependiente del poder político y la pretensión de que el poder es inocente e irresponsable ante el juicio de la conciencia moral y religiosa.
Por el contrario como EFECTOS DE UNA RELACIÓN ADECUADA ENTRE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE CONVIVENCIA Y LA MORAL SE DA el fortalecimiento de pueblos libres, capaces de actuar por convicciones internas y no por los impulsos del poder político, la existencia de pueblos que viven solidariamente vinculados, la implantación de estructuras de poder acordes con la dignidad humana, sometidas al imperio de la ley, fiscalizadas y controladas y la existencia de unos gobernantes servidores del bien común.
PARA AFRONTAR LOS RETOS Y DESAFÍOS que plantea la organización política justa de la sociedad aportó como factor determinante: LA EDUCACIÓN en la consideración de la dignidad inalienable de todo hombre, la educación cívica, que no es tarea del Estado o de los gobernantes, sino de las familias, asociaciones civiles y religiosas, instituciones educativas y sociedad en general, el respeto a las tradiciones culturales y religiosas de los pueblos, la defensa del derecho a la libertad religiosa y de conciencia y el establecimiento del principio de subsidiariedad.
El Sacerdote ¡Hombre de sacrificio!
A MODO DE CONCLUSIÓN: La vida en comunidad, fruto de la dimensión social del ser humano, requiere un orden ajustado a la dignidad humana. Esto pasa por el reconocimiento del hombre como sujeto de derechos, deberes y libertades, así como por el reconocimiento de la sociedad como sujeto. Para la constitución de un orden de la convivencia ajustado a la dignidad de la persona contamos con dos instrumentos imprescindibles: EL DERECHO Y LA POLÍTICA. El primero sirve a la consecución de un orden pacífico y justo. La política es el ámbito propio del poder político, el lugar en el que éste se genera y los modos cómo se gestiona.