El delivery se ha consolidado ante la necesidad de los consumidores de acceder a productos sin salir a la calle a arriesgarse a contraer el coronavirus, o a enfrentarte a las severas restricciones aplicadas por el gobierno para hacer cumplir la cuarentena.
En mayo, Corina Valdivieso (24 años de edad) quiso comprar en una cuenta de Instagram dos tazas personalizadas para regalárselas a su mamá por el Día de las Madres. Cada una costaba cuatro dólares y medio, y el despacho cinco. Cuando preguntó a la vendedora dónde estaba ubicada para ella misma buscar el obsequio, la comerciante le respondió que en el centro comercial Líder, en La California, al este de Caracas y a tres minutos de distancia en carro de la casa de Valdivieso.
«No tenía sentido, me estaban cobrando más de lo que cuesta el producto que estoy comprando por llevarlo en la misma zona. Me tomó cinco minutos de ida y cinco de vuelta, ¿cuánto quemas de gasolina en 10 minutos?», se pregunta la joven.
Esta no fue la única vez que tuvo problemas con un servicio de delivery. Una tarde a mediados de agosto, tenía antojo de comer pizza y llamó a un restaurante ubicado frente a su edificio en la avenida Rómulo Gallegos. Pensó que no le cobrarían el servicio a domicilio. Pero se equivocó: le dijeron que despacharlo le saldría en dos dólares. «¿Por cruzar la calle?», preguntó Valdivieso, molesta. «Me respondieron que sí, que eso es lo que cuesta el despacho corto, y que si quería lo iba a buscar».
«Me parece el abuso más grande. Ni siquiera tenían que usar gasolina, solo cruzar la calle. A pesar de que mi familia y yo salimos decepcionados cada vez que compramos sus pizzas, decidimos llamarlos por comodidad y porque pensábamos que el delivery sería más barato. Están al frente de nuestra casa».
La presencia de los servicios de delivery ha crecido en el país a raíz de la cuarentena aplicada por el gobierno debido al coronavirus. De acuerdo con Nielsen Venezuela, 23% de los establecimientos comerciales tradicionales comenzaron a ofrecer este tipo de servicios. De estos, 33% instauró el servicio como contingencia.
En Caracas puede costar entre dos y seis dólares si es en moto, dependiendo de la distancia, y hasta 12 dólares si es en carro.
A José Hernández, por ejemplo, por llevarle desde el centro de Caracas hasta su casa en Los Dos Caminos una caja de donepezilo -medicina para mejorar la memoria que le costó 40 dólares- le cobraron seis dólares. «Es caro relativamente para un país en las condiciones en las que estamos nosotros».
En otras zonas de Venezuela, como en Maracaibo, Zulia, las tarifas oscilan entre tres y cinco dólares, y si es en bicicleta de un dólar y medio en adelante.