El Evangelio, trae una enseñanza para nuestra vida. Las lecturas de hoy del Santo Evangelio están acompañadas con una reflexión del Papa Francisco que nos invita a reflexionar.
¡Medita la palabra diaria para ayudar al corazón a albergar el mismo Dios!
Antífonia
El Señor es bueno, bendecid su nombre. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
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Oración
Dios nos tenga compasión y nos bendiga; Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, para que se conozcan en la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación. Salmo 67:1-2
Señor, Dios Todopoderoso, tú eres nuestro Padre y nosotros somos tus hijos, quienes queremos vivir para ti por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Fortalece y renueva nuestros corazones. Cuando el temor y el desánimo tratan de engañarnos, que tu Santo Espíritu nos ayude a resistir una y otra vez, porque no importa qué dificultades nos enfrenten, se cumple tu voluntad y tu voluntad es buena.
Tu nombre será honrado; tu reino vendrá a todas las naciones, tu reinado se extenderá sobre todos los pueblos, porque te pertenecen y deben reconocer que Jesucristo es el Señor, para honor tuyo, oh Padre. Amén.
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Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9a. 11-16
En aquellos días, Elías llegó hasta Horeb, el monte de Dios, se introdujo en la cueva y pasó la noche.
Le llegó la palabra del Señor, y le dijo:
«Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor».
Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor.
Después del huracán, un terremoto, pero en el terremoto no estaba el Señor.
Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor.
Después del fuego el susurro de una brisa suave.
Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva.
Le llegó una voz que le dijo:
«¿Qué haces aquí, Elías?».
Y él respondió:
«Ardo en celo por el Señor, Dios del universo, porque los hijos de Israel han abandonado tu alianza, derribado tus altares y pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para arrebatármela».
Le dijo el Señor:
«Vuelve a tu camino en dirección al desierto de Damasco.
Cuando llegues, unge rey de Siria a Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá».
Salmo de hoy
Sal 26, 7-8ab. 8c-9abcd. 13-14 R/. Tu rostro buscaré, Señor
Escúchame, Señor,
que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro». R/.
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio».
Palabras del Santo Padre
Estad atentos de no escandalizar. El escándalo es feo porque hiere la vulnerabilidad del Pueblo de Dios, hiere la debilidad del Pueblo de Dios, y muchas veces estas heridas se llevan para toda la vida. Es más, el escándalo, no solo hiere, sino que es capaz de matar: matar esperanzas, matar ilusiones, matar familias, matar muchos corazones…
Cuántos cristianos alejan a la gente con su ejemplo, con su incoherencia: la incoherencia de los cristianos es una de las armas más fáciles que tiene el diablo para debilitar al Pueblo de Dios y para alejar al Pueblo de Dios del Señor.
Decir una cosa y hacer otra. (Homilía Santa Marta, 13 noviembre 2017).