Hoy es necesario multiplicar los discípulos misioneros en nuestras comunidades eclesiales que, convocados y formados por la Iglesia, son enviados por ella a ser canales de gracias a tantos hermanos, así colaboramos todos en la construcción del Reino de Dios.
Despertar
Despertar la misión en nuestras parroquias es un reto importante en la actualidad. Necesitamos un nuevo Pentecostés, donde se nos hinche el corazón de fuego evangelizador para ir a las personas, familias, comunidades, periferias, y comunicarles el don del “Encuentro” con Jesús. Él es quien nos ha llenado de sentido nuestras vidas, nos ha esclarecido las dudas con su Verdad, nos ha llenado de alegría y fe en medio de nuestras tristezas y miedos.
Salir
Es tarea de todos ayudar con la predicación, la catequesis, las obras de caridad de la parroquia, el testimonio de amor en sufrir con paciencia los defectos de los demás, haciendo ver en los ámbitos sociales la luz del Evangelio, despertando en ella fuerzas espirituales necesarias, haciendo que los discípulos misioneros tengan como prioridad el “Encuentro” con el Señor y luego la salida a anunciarlo al prójimo con gestos y palabras concretas llenas de testimonio. Será el Espíritu de Dios el gran despertador de esta pasión evangelizadora.
Mirar
El “Encuentro” evangelizador requiere que miremos a la cara, a los ojos, que entremos en contacto, si no, no es “Encuentro”. Es necesario hablar y escuchar, esto nos hace más sensibles ante la vida del otro que evangelizamos. Lo hacemos desde la fe, con la confianza que a través de nosotros, el Señor actúa en la vida de los otros, de los hermanos.
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El Señor es el dueño del tiempo, su Kairós es perfecto. La esperanza nos ayuda a esperar en la acción de Dios, necesitamos orar, discernir y confiar. Es importante tener los pies en la historia del “aquí y ahora”, donde es necesario encontrar los signos de Dios, que nos habla sobre lo que debemos atender, emprender y responder con la evangelización.
Discernir
La mirada de conjunto nos ayuda a tener incidencia práctica al momento de evangelizar. Si no salimos, nos enfermamos y no podemos discernir. No hay transformación posible si se quiere evangelizar sólo ad intra, de manera funcionalista. Si salimos nos encontramos las realidades propias de cada persona y comunidad a través de las distintas formas de obras de misericordia cotidianas.
Tentaciones
Entre las tentaciones de los agentes pastorales, propias de la lucha espiritual que tienen que batallar cada uno para lograr el cometido de Dios. Las mayores tentaciones son el no salir de la zona de confort, el conformismo, la poca creatividad, el mínimo esfuerzo ante la misión encomendada, la envidia, los liderazgos individuales, la falta de comunión, todo esto se resume en tener poca fe frente a la llamada evangelizadora.
Conclusión
Es necesario focalizar el Evangelio como la clave para el “Encuentro”, diálogo e influencia dentro de la sociedad que necesita ser evangelizada. Es necesario recordar cuatro palabras claves: inclusión, bien común, paz y diálogo que deben permanecer en la mochila de cada evangelizador.
“Evangelizadores con Espíritu” son aquellos disponibles para recibir y comunicar el Evangelio. Es el discernimiento lo que permite que se concrete en cada persona el llamado del Señor a evangelizar. Que estemos llenos del Espíritu para la salida misionera, la predicación de las periferias, la inclusión buscando el bien común y el diálogo social para vivir el reino de Dios.
Pbro. Jhonny Zambrano