“Hemos notado que acá en Táchira, se vienen implementando de una manera informal unos acuerdos internos, por el directivo, por el supervisor que establecen horarios de 2 o 3 dias académicos», comentó Mackler García, secretario general de la Federación Venezolana de Maestros seccional Táchira, con respecto a la grave situación que se vive en las instituciones educativas públicas en la entidad.
García mencionó la grave reducción de los días de clase a la semana que se está viendo en el estado, desde las entidades de educación primaria hasta los planteles universitarios. Todo esto debido a la falta de condiciones para que los profesionales de la educación, de mantenimiento y sus directivos puedan asistir diariamente, entre las cuales se mencionan los bajos sueldos, la falta de recursos y la ausencia de beneficios laborales.
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“Esto afecta, de una u otra manera, los contenidos que deben llevarse a cabo en todo el año escolar” dijo García, que manifestó la falta de recursos para estas instituciones educativas.
“Ningún docente está en contra de cumplir con la ley” añadió, señalando que algunos profesores deben pedir la cola para poder llegar a sus lugares de trabajo.
En lo que va de año escolar, no se han hecho todavía dotaciones de ningún tipo de material didáctico, lo cual incluye útiles, uniformes y equipos electrónicos como las Canaimas.
Está situación ha derivado en el grave deterioro de la infraestructura educativa en todo el Estado, lo cual incluye instituciones como la Universidad de los Andes o el Liceo Simon Bolivar.
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Denunció las graves repercusiones de esto en la comunidad estudiantil del estado, sobre todo en una cifra alarmante de deserción estudiantil, la cual se debe en su mayoría a la situación socioeconómica del país.
Algo que incluso se ha visto en los maestros, los cuales algunos están recibiendo salarios de menos de 20 dólares americanos, lo cual no cubre ni una parte de lo que establece la canasta básica, la cual es de más de 500 dólares.
Como una forma de solventar este problema, una parte del sector estudiantil se ha mudado a las instituciones privadas, donde sí se pueden permitir ver clases de lunes a viernes y que no falte ningún profesor. A pesar de representar una solución viable, todavía no es algo que esté al alcance de toda la comunidad estudiantil, por lo elevado de las cuotas mensuales, los útiles escolares y uniformes.
Lo anterior mencionado no se limita al estado Táchira, ya que desde hace tiempo las instituciones públicas se vienen “autogestión».
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Ante los alarmantes números de deserción estudiantil, que de acuerdo las cifras de deserción de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) por cuestiones socioeconómicas entre 2021 y 2022 ascendía a los 190 mil estudiantes, solo evidencia la gravedad del problema.
Toda esta falta de presupuesto y recursos ha deteriorado gravemente el estado de estas estructuras nacionales, que no han podido hacer las labores correspondiente de mantenimiento, incluyendo la ausencia del Programa de Alimentación Escolar (PAE).
Garcia hace un llamado a la reflexión a las autoridades y los encargados del manejo del área educativa en relación a mejorar las condiciones de la educación pública.
Gabriel Murillo
Pasante UBA