La Iglesia Universal recuerda hoy a San Juan Apóstol y Evangelista. Este santo es el más joven de los doce Apóstoles y a quien se conoce como el “discípulo amado de Jesús”, porque así lo testimonió él mismo.
Juan fue quien acogió a la Virgen María en su casa por encargo del mismo Jesús. Es el patrono de los teólogos y escritores.
Lea también: ¿Dónde te escondes, hombre?
Jesús eligió a Juan para que acompañe a Pedro a preparar la Última Cena. Aquella noche de Pascua previa a su Pasión y muerte, Cristo instituyó la Eucaristía estando reunido junto a los Apóstoles. Jesús empezaba sus padecimientos y Juan -dice el Evangelio- compadecido de la angustia de Jesús, reclinó la cabeza sobre el pecho del Maestro.
Fue Juan el único entre los doce que estuvo en el Calvario, al pie de la cruz, de la mano de la Virgen María. Allí Jesús le entregó a su Madre, pidiéndole al discípulo que se hiciera cargo de ella. Por eso dice la escritura: “la recibió en su casa”. Juan, pues, fue quien se quedó a cargo de María, para honrarla, servirla y cuidarla como lo hizo Jesús.
El día domingo, cuando llegó la noticia de que el sepulcro de Jesús estaba vacío, Juan salió corriendo junto a Pedro porque pensaban que se habían robado el cuerpo del Maestro. Al llegar al lugar, la tumba estaba vacía -dice el Evangelio- y entonces “vieron y creyeron”. Más adelante, cuando Jesús Resucitado se les apareció a los discípulos a orillas del mar de Galilea, Pedro preguntó sobre el futuro de Juan y el Señor le contestó: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme”.
Lea también: En pueblos del Táchira las tradiciones se manifiestan con juegos en familia
San Juan escribió varios textos neotestamentarios: uno de los cuatro Evangelios, el libro del Apocalipsis y tres epístolas.
A diferencia del resto de los Apóstoles, que entregaron la vida en el martirio, San Juan murió pacíficamente en Éfeso hacia el año cien de la era cristiana, a los 94 años de edad, de acuerdo al testimonio de San Epifanio.
Ana Leticia Zambrano