Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la lucha contra el sida, una enfermedad que continúa cobrando muchas vidas. La Iglesia Católica es una de las instituciones que más hacen por las víctimas, atendiendo aproximadamente a una de cada cuatro personas afectadas en todo el mundo.
Según los datos más recientes del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA o UNAIDS en inglés), 37,7 millones de personas en todo el mundo vivían con el VIH en el 2020, de los cuales 1,7 millones son niños hasta los 14 años. Es decir, estas personas tienen el virus, pero aún no han desarrollado la enfermedad y es importante que reciban un tratamiento con antirretrovirales.
De este número, cerca de 6,1 millones de personas no sabían que estaban viviendo con el VIH y al cierre de 2020, 1,5 millones de personas contrajeron la infección del VIH. Además, al cierre de junio del año 2021, 28,2 millones de personas tenían acceso a terapia antirretroviral.
La organización reportó que «en 2020, al rededor de 680 mil personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida en todo el mundo, frente a los 1,9 millones de 2004 y los 1,3 millones de 2010». Es importante destacar que desde el año 2010, la mortalidad por el sida ha disminuido un 53% entre las mujeres y niñas, y un 41%, entre los hombres y niños.
Al cierre de junio de 2021, 27,5 millones de personas que vivían con el VIH tenían acceso a la terapia antirretroviral, un aumento de 8,2 millones desde 2016, y una gran diferencia frente a los 2 millones de personas que tenían acceso al tratamiento en 2005.
Cabe destacar que la UNSAID señaló como «población clave» o grupos de personas que tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad, a las personas que se dedican a la prostitución a cambio de dinero, a sus «clientes», a los «hombres que tienen relaciones sexuales con hombres», a las «personas que se inyectan drogas, las personas transgénero y sus parejas sexuales».
Subrayó que la «población clave» en conjunto representa «el 65% de las nuevas infecciones por VIH a nivel mundial»; y afirmó que el 93% de estas nuevas infecciones proceden de fuera de África subsahariana, región que incluye actualente solo al 39% de nuevas infecciones.
Asimismo, advirtió que las personas que se inyectan drogas tienen un riesgo 35 veces mayor de contraer VIH; las «mujeres transgénero», hombres por sexo biológico que dicen identificarse como mujeres, tienen un riesgo «34 veces mayor» de contraer VIH.
También, indicó que los «trabajadores sexuales», eufemismo con el que se refieren a las personas que se dedican a la prostitución a cambio de ingresos económicos; tienen un riesgo 26 veces mayor de contraer VIH; y finalmente, los «hombres que tienen relaciones sexuales con hombres» tienen un riesgo 25 veces mayor de contraer la enfermedad.
En 2020, ONUSIDA señaló que el confinamiento y cierre de fronteras decretados para evitar la expansión del COVID-19 afectaron la producción y distribución de medicamentos antirretrovirales genéricos para tratar el VIH en países de ingresos medios y bajos; así como un aumento en el coste final de los medicamentos exportados de India.
Además, advirtieron que la interrupción de la prevención de la transmisión materno-infantil del VIH conllevaría a un aumento en las nuevas infecciones del VIH en niños en algunas partes de África, y que una interrupción de seis meses en el tratamiento del VIH causaría unas 500 mil muertes más por enfermedades relacionadas con el sida.
Este año, la organización informó que a mediados de 2021, la mayoría de personas que vivían con el VIH no tenían acceso a las vacunas contra el COVID-19; pese a que este grupo de personas sufre «cuadros más graves y tienen mayores comorbilidades por COVID-19, que las personas que no viven con el VIH».
Señaló que según estudios de Inglaterra y Sudáfrica, el riesgo de morir por COVID-19 de las personas con VIH «era el doble que el de la población en general». Sin embargo, pese a que el 67% de personas con VIH viven en África subsahariana, en julio de 2021, menos del 3% de personas en África habían recibido al menos una vacuna contra el COVID-19.
Asimismo, indicó que los confinamientos y otras restricciones decretadas por el COVID-19 «interrumpieron las pruebas de VIH» y provocaron fuertes caídas en los diagnósticos y derivaciones de tratamientos.
Al respecto, el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria señaló que durante los primeros confinamientos en 2020, las pruebas de VIH disminuyeron en un 41% y las remisiones para diagnóstico y tratamiento disminuyeron en un 37%, en 502 establecimientos de salud de 32 países africanos y asiáticos, frente al 2019.
La acción de la Iglesia Católica
A diferencia de muchos organismos e instituciones que proponen métodos anticonceptivos, como el preservativo (condón) para frenar el sida, la Iglesia destaca que la fidelidad en los esposos y la castidad hasta el matrimonio es el medio más seguro para evitar todo tipo de enfermedad de transmisión sexual.
Las principales instituciones católicas que atienden a pacientes con VIH/sida son Cáritas Internationalis y Catholic Relief Services (CRS).
Desde 1987, Cáritas brinda apoyo médico, social, emocional y espiritual a las personas que viven con VIH y sida. Su campaña HAART, para niños, promueve el diagnóstico temprano y el tratamiento del VIH en mujeres y bebés.
La campaña busca obtener programas de prueba accesibles y medicamentos adecuados. Además, defiende que todas las mujeres embarazadas seropositivas reciban tratamiento antirretroviral, cirugía de cesárea y alternativas a la lactancia cuando esto sea aconsejable y apropiado.
Por su parte, CRS ha apoyado programas internacionales de VIH durante más de 25 años, casi desde el comienzo de la epidemia. Sus programas abarcan todas las áreas de programación, incluida la atención domiciliaria, terapia antirretroviral, apoyo al tratamiento, reducción del estigma, prevención y servicios integrales para niños vulnerables.
San Juan Pablo II, con motivo de la Jornada Mundial del enfermo 2005, envió un mensaje al mundo y recordó que para combatir el sida de modo responsable “es preciso aumentar su prevención mediante la educación en el respeto del valor sagrado de la vida y la formación en la práctica correcta de la sexualidad”.
“En efecto, aunque son numerosas las infecciones que se transmiten por contagio a través de la sangre especialmente durante la gestación -infecciones que hay que combatir con todo empeño-, mucho más numerosas son las que se producen por vía sexual, y que pueden evitarse sobre todo con una conducta responsable y la observancia de la virtud de la castidad”, enfatizó.
Asimismo, el 30 de noviembre de 2016 el Papa Francisco invitó a rezar por las víctimas de este mal y sus familiares y “a promover la solidaridad para que incluso los más pobres puedan beneficiarse de un diagnóstico y cuidados adecuados. Hago un llamamiento para que todos adopten comportamientos responsables para prevenir la difusión de esta enfermedad”.
Hasta el año 2010, del total de personas infectadas en el mundo con el VIH/sida, aproximadamente el 25% era atendida por alguna institución de la Iglesia Católica. Este porcentaje aumentaba en el caso de África, en donde la Iglesia cuidaba de casi el 50% de los afectados por este flagelo.
En los últimos años, con el impulso del Papa Francisco, esta ayuda caritativa y de amor al prójimo ha ido en aumento, lo que convierte a la Iglesia en una de las instituciones más importantes a nivel mundial en este tema.
Por ello, en este día especial de lucha contra el sida, unidos a miles de cristianos, proponemos la siguiente oración para que Dios dé fortaleza a los que sufren de este mal.
Oración por los enfermos de sida
Oh Dios, Padre nuestro,
escucha nuestra oración por los que están enfermos por el sida,
por los que están en peligro de muerte.
Concédeles el consuelo de tu presencia, haz que busquen tu rostro,
y encuentren la fuerza en ti que eres la fuente de la vida.
Señor Jesús, escucha nuestra oración
por los que acaban de enterarse que están infectados por el virus VIH,
pero que no están aún enfermos.
Recuérdales que tienen aún una vida ante ellos:
Haz que encuentren en ti la Vida, el Camino y la Verdad.
Espíritu Santo de Dios, escucha nuestras oraciones
por los que se ocupan de las personas enfermas de sida.
Concédeles la certeza de la presencia del Padre y el amor de Jesús.
Concédeles tu consuelo, dales tu paz.
Padre, te rogamos para que todos oigamos tu llamada
en estas circunstancias, una llamada de arrepentimiento,
una llamada de ayuda a los otros.
Ayúdanos para que podamos vivir de manera responsable,
no pensando solamente en nosotros,
sino también en los que están en nuestro entorno.
Te rogamos por los científicos y los médicos,
para que encuentren un remedio al sida.
Guíanos para que podamos dar tu consuelo
a los que tienen necesidad de ayuda.
Eleva nuestros corazones de compasión para que los enfermos de sida
tengan la certeza de que la Iglesia los ayudará;
Guíanos para que sepamos cómo ayudar a los que tienen necesidad.
Esto te lo pedimos porque tu misericordia por nosotros es inmensa.
Señor de misericordia, escucha nuestra oración.
Amén.