Alrededor de setecientos refugiados venezolanos han quedado varados en el paso fronterizo Chacalluta – Santa Rosa, frontera norte de Chile, debido a que las autoridades chilenas comenzaron a solicitar una visa humanitaria en sus pasaportes (como las autoridades peruanas también habían decidido hacerlo hace unas semanas).
Niños, mujeres embarazadas y enfermos entre los migrantes
La Diócesis de Arica, en un comunicado publicado el 24 de junio pasado, afirma: “Lo lamentable son los niños de todas las edades que necesitan urgentemente una mayor atención, mujeres embarazadas, personas enfermas a la intemperie sufriendo las inclemencias del clima y la impotencia de poder solucionar su proyecto migratorio”.
Ayer por la tarde el gobierno, a petición de la Iglesia, aceptó permitir el paso a las familias con menores de edad. La grave situación es denunciada, entre otros, por la diócesis de San Marcos de Arica, que ayer emitió una nota evidenciando lo que ocurre y señalando que muchos migrantes llegan después de viajes que duraron muchos días o incluso meses y que, como resultado, no pueden contar con la documentación necesaria para ingresar regularmente a Chile.
La Iglesia acompaña a los migrantes
Debido a la gravedad y urgencia de esta situación, instituciones eclesiales, personas de gobierno y otros voluntarios han tomado cartas en el asunto para poder superar este momento y poder ayudar a los migrantes. Entre estas instituciones se encuentran el Incami (el Instituto que sigue el fenómeno migratorio para la Iglesia chilena), el Servicio Jesuita de Migración (SJM), el Instituto Nacional de Derechos Humanos, la Fundación Scalabrini, las asociaciones de migrantes y otras.
Ayer el obispo de San Marcos de Arica, Mons. Moisés Atisha, se desplazó a la frontera para conocer personalmente la situación y escuchar a los migrantes. Después de las negociaciones con las autoridades, las familias con menores subieron al autobús acompañados por el propio obispo y lograron cruzar la frontera.
Comprender la migración desde principios de humanidad
El comunicado finaliza haciendo un llamado: “La realidad migratoria en el mundo debemos entenderla desde principios de humanidad, y nos desafía constantemente como sociedad a buscar claves de dignificación propia del Evangelio de Jesucristo. De esta forma ponemos en práctica lo que nos manda el Evangelio “era migrante y me recibieron…”. (Vatican News)