Tal como informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede esta mañana a las 11.30 se llevó a cabo la conferencia dedicada a la «COVID-19, crisis alimentaria y ecología integral: la acción de la Iglesia».
Intervinieron en esta conferencia el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Monseñor Bruno Marie Duffé, Secretario del mismo Dicasterio, el Reverendo Augusto Zampini-Davies, Secretario Adjunto del mencionado Dicasterio y Aloysius John, Secretario General de Caritas Internationalis.
Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson
El Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson refirió, entre otras cosas, que en uno de los últimos encuentros que mantuvieron con el Santo Padre el Papa les pidió que prepararan el futuro: no «preparar para el futuro», sino prepararlo, anticiparlo. De modo que la pandemia les ha dado un enfoque especial a las actividades del Dicasterio y ha creado un área prioritaria «ad tempus» que, con el consentimiento del Papa Francisco, se llama, Comisión Covid-19 del Vaticano. Y explicó que con la colaboración de Caritas Internationalis y de otros Dicasterios de la Curia Romana, como el de la Comunicación, o la Segunda Sección de la Secretaría de Estado, mediante esta Comisión se atiende la incidencia de la COVID-19 en el mundo a través de las actividades de cinco grupos de trabajo:
Un primer Grupo de Trabajo que se dirige a las Iglesias locales para escuchar sus experiencias con la COVID-19 y ver cómo fortalecerlas, como actores principales de sus soluciones. Un segundo Grupo, en asociación con la Academia para la Vida de la Santa Sede y la Academia Pontificia de las Ciencias, y las múltiples organizaciones que colaboran con el Dicasterio, que realiza investigaciones y estudios interdisciplinarios sobre cuestiones relacionadas con la epidemia. Un tercer Grupo, coordinado por el Dicasterio para la Comunicación, que organiza las estrategias para informar sobre las actividades de los Grupos de Trabajo y promover la comunicación entre las Iglesias locales. Un cuarto Grupo, coordinado por la Segunda Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, que se ocupa de las actividades de la Santa Sede y de las relaciones con los demás Estados y organizaciones intergubernamentales con fines de promoción y de intercambio de datos para actividades multilaterales. Y el quinto Grupo de Trabajo que se encarga de la recaudación de fondos para que la Comisión COVID-19 del Vaticano pueda apoyar las actividades de las Iglesias locales y las organizaciones católicas, así como sus propias actividades de investigación, análisis de datos y comunicación.
El Purpurado explicó también que se espera que la Comisión COVID-19 del Vaticano dure un año, a menos que sea necesario ampliar sus actividades.
Monseñor Bruno Marie Duffé
Monseñor Bruno Marie Duffé propuso tres puntos sobre la experiencia de la pandemia y la misión de la Iglesia en este contexto tan especial. De modo que se refirió a lo que están experimentando en cuanto a la vulnerabilidad física y social; política e ideológica y a la fragilidad económica. “Hasta ahora – destacó – hemos considerado la salud como un mero instrumento para producir cada vez más, en la lógica de miopes intereses creados. Hoy estamos redescubriendo la salud y la solidaridad como condiciones y pilares de nuestra economía”.
Además reconoció tres tipos de urgencias. A saber: compartir nuestros medios para salvar vidas, sin discriminación alguna; ampliar los proyectos de asistencia conjunta y garantizar ayuda a los países y comunidades locales que la necesiten y desarrollar planteamientos y propuestas con una visión profética, para los actores económicos y los líderes políticos, con el fin de identificar los modelos y procesos económicos que vayan a implementarse.
Reverendo Augusto Zampini-Davies
El Padre Augusto Zampini-Davies refirió, tal como lo dijo el Santo Padre en estos días, que muchas personas han muerto en los últimos cuatro meses, no de coronavirus, sino de hambre. Por esta razón abordó el tema con datos de la FAO acerca de los ochocientos millones de personas que siguen padeciendo hambre, y refirió que se estima que la demanda de alimentos aumentará en un 50% para el año 2050 en comparación con el 2010.
Tras referirse al aumento de los problemas relacionados con la alimentación, la crisis alimentaria, con sus restricciones a las exportaciones e importaciones de alimentos en algunos casos dijo que “los problemas y conflictos socioeconómicos persisten y podrían empeorar”.
También destacó que “nos enfrentamos a un grave riesgo en materia de seguridad alimentaria. La crisis alimentaria causa hambre, el hambre afecta a las personas más pobres y aumenta la inseguridad. La inseguridad conducirá a la violencia y a más conflictos, lo que a su vez causará más pobreza”. Y dijo que aunque la COVID “ha puesto de relieve la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios, sigue siendo una oportunidad para cambiar, tanto en las pautas de producción y consumo como en las acciones privadas y públicas”. A lo que añadió:
Aloysius John
Aloysius John destacó, por su parte que Caritas Internationalis “ha estado en la primera línea de la respuesta a la COVID-19 desde el principio y sus miembros han ampliado su acción adaptando algunos de los programas en curso a la respuesta a la COVID-19 para hacer frente a las necesidades de los más necesitado”. Y recordó que el Santo Padre les dijo:
De ahí que su afirmación de que Caritas Internationalis, “en línea con el llamamiento del Santo Padre, está trabajando junto al Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral para concretarlo creando el fondo de Respuesta a la COVID-19”. “Hasta el momento, explicó, se han recibido treinta y dos proyectos y catorce ya han sido aprobados y financiados. Cualquier otro proyecto aprobado será financiado cuando las nuevas contribuciones lo hagan posible”.