Yalin Pernía
El trabajo que viene haciendo la Iglesia Católica, junto a sus pastores, para evangelizar en estos tiempos de Pandemia, a través de las redes sociales y medios de comunicación, al parecer, es uno de los mejores resultados obtenidos en el seno familiar de la Iglesia Doméstica, pues los mismos feligreses, han asegurado que existe una mayor comunión en la fe y oración entre sus miembros.
Otro de los factores que han dejado en evidencia, es que la caridad y la oración son deberes cristianos, que no se ha detenido y de alguna forma se ha concientizado el concepto de solidaridad, pese a la situación económica y el confinamiento, producto de la cuarentena dictada por la Emergencia Sanitaria, que ha ocasionado el Covid19.
Al respecto, todos los entrevistados coincidieron en lo maravilloso y sorprendente de los resultados obtenidos. Uno de ellos, es el caso de Diana Castillo, miembro de la Parroquia Santísimo Salvador, quien nos relataba su experiencia y nos manifestaba su emoción, de ver como la Iglesia está cumpliendo con el proyecto de “Iglesia en Salida”; porque desde casa se está evangelizando a los miembros de familia, llevando la palabra de Dios día a día y colocándola en práctica, en el quehacer cotidiano.
“En mi caso, comencé por cosas pequeñas, como pedir que me acompañaran a rezar el Santo Rosario y le pedía a cada quien realizar su petición personal. (Estoy en mi casa materna con mi madre, mis hermanos y mi esposo). Cuando hay Eucaristía, los invito a prestar todos atención, si no, me conecto, pero al verme sola, se van acercando y se unen a escuchar la misma. Y esto me ha hecho darme cuenta que podemos lograr la comunión de todos en nuestra vida espiritual y tranquilidad en medio del encierro, llenos de temores, preocupaciones y angustias, junto a nuestra familia, para mí ha sido una gran felicidad ver a mi familia unida en la fe”, agregó Castillo
Por su parte, Ángela Zuluaga, quien se autodefinía como una católica Light, ella y su familia, todos de nacionalidad Colombiana, a causa de la emergencia sanitaria, le tocó permanecer en casa de unos compadres que hacen vida parroquial en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, más del tiempo previsto; relató cómo pudo vivir y compartir en familia, la Semana Santa y ahora el Tiempo Pascual, asegurando haber aprendido más en estos días, que en sus 48 años de vida, sintiendo un verdadero avivamiento y renovación de su fe.
“Tenía toda la vida intentando unir a mi familia en la oración, y fe católica y no había podido; claro, tampoco, es que había hecho mucho esfuerzo, pero la experiencia que pudimos vivir en San Cristóbal, en casa de nuestros compadres, ha sido increíble, con esto de las misas por Instagram y todas las cadenas de actividades que nos hacían llegar en Semana Santa y ahora la Pascua, con el Rezo del Santo Rosario, Coronilla de Misericordia y otra serie de actividades para realizar en casa, han logrado unir verdaderamente a mi familia en la fe y en la esperanza, y regresaremos pronto a Colombia, como una verdadera familia de Nazaret, con ganas de seguir siendo iglesia Doméstica, nos vamos infinitamente agradecidos con la Iglesia del Táchira”, fueron las palabras textuales del relato de Zuluaga.
Delia Karina García, quien hace vida parroquial en Sagrario Catedral y Nuestra Señora del Carmen, también refuerza sentir más unida a su familia, manifestando que pese haber sido siempre una familia católica practicante y hacer vida activa, la cuarentena los ha unido más en la fe y los ha hecho crecer como familia, pues manifiesta estar aferrados a la oración; acotando que en su papel de Esposa y Madre, ha tratado siempre de trasmitir la alegría que viene de Dios y todas sus bendiciones, y agrega, todos los días oran en familia y ruegan por el cese de la pandemia, la protección de su familia y la del mundo entero.
Redes Sociales: Herramienta Poderosa
Giovanna Mora, perteneciente a la Parroquia Nuestra Señora de Coromoto, resaltaba, en su entrevista, el papel que ha jugado la tecnología, definiéndola como una “herramienta Poderosa” de la Iglesia, en tiempos de Pandemia, regalándonos varias anécdotas y vivencias donde nos mostró un poco la realidad de cómo ha sido todo este proceso de adaptación, alcances, logros, y efectos de la masificación de la interacción y el uso de redes sociales, entre los feligreses y la Iglesia.
Señalando que se ha mantenido activa, siguiendo las eucaristías y diversas actividades e instrucciones que le llegan vía Instagram, los diferentes chats Whatsapp, Radio y la Televisión (cuando la electricidad lo permite –aclaró-). Realizó un retiro de Oración y Vida con el Opus Dei, y ha podido realizar varias formaciones en línea.
“En Mi parroquia hemos estado unidos, a través de las redes sociales y la emisora que transmite la eucaristía. Por el chat de la parroquia hacemos la hora santa; al principio era raro y cómico el padre mandaba como mensajitos de voz y los que cantaban mandaban mensajes cantando alabanzas ya poco a poco nos hemos integrado y acoplando hacer todo diferente, a través de las redes”
Una de sus experiencias más enriquecedoras, ha sido el evangelizar y poderle llevar la Palabra de Dios a personas, que se encuentran en cualquier parte del mundo, compartiendo las experiencias que tuvo con familiares y amigos, con los que se ha podido unir en oración, a través de Horas Santas y Eucaristía en vivo a las que los ha invitado, vía Instagram, agregando que la gente ve con alegría las cosas que viene haciendo la Iglesia, como lo fue la Semana Santa con el Papa, agregando; “mucha gente conocida que no son asiduos de Iglesia, estaban pegados viendo las transmisiones”.
Por su parte Carolina Arboleda, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, reforzaba este tema, señalando que, en su familia, integrantes que jamás habían rezado el Rosario, ahora le piden hacerlo. Agregando que el trabajo de la Iglesia ha sido un gran pilar en los hogares, pues en ningún momento me he sentido desasistida, por el contrario, siempre se ha sentido muy acompañada acotando que los Sacerdotes de su Parroquia se las han ingeniado, a través de las redes sociales, para estar siempre en contacto con los feligreses y hacer llegar la Palabra de Dios.
En relación a este tema, Diana Castillo, nos manifestó que ha conseguido a través de Whatsapp y mensajería de texto, ayudar a muchas personas, con sólo retransmitir la Palabra de Dios, a través del Evangelio del día, y su propio testimonio de vida, a vecinos, familiares y amigos, inclusive fuera del País que manifiestan angustias y tristezas, para alentarlos en la fe.
Por su Parte, Geovana Pico, quien se encuentra fuera del país, junto a su familia, desde hace más de 4 meses, nos explicaba cómo, pese a la distancia, nunca se ha sentido sola, pues considera, que gracias a las redes sociales, ha podido mantener el contacto con su parroquia en Venezuela, lo que le ha permitido madurar su fe y la de su familia, señalando rezar ahora con mayor conciencia y fervor, acotando; “hemos aprendido a rezar por todo el mundo; es decir, por los enfermos, desamparados, sacerdotes, huérfanos, ancianos, los pobres, las familias, los pecadores”
Crece Hermandad entre vecinos
El confinamiento, también ha generado una camaradería, entre vecinos, creando lazos familiares y de hermandad, en varias zonas, como lo relatábamos en nuestro reportaje pasado, con el caso de la Comunidad Eclesial de Base María de Nazaret, del Sector la Popita de Pueblo Nuevo, perteneciente a la Parroquia Santísimo Salvador, repitiéndose también, en varias zonas residenciales de diferentes partes del estado, como es el caso de la Concordia y en el municipio Andrés Bello.
Delia Karina García, nos explicaba que, desde inicios de la Cuarentena, se ha mantenido en contacto con sus vecinos, a través de los diferentes grupos de Whatsapp, en donde siempre ha tratado de llevar la palabra de Dios, a través de mensajes diarios de aliento y esperanza
Ángela Zuluaga, también manifestaba su gran admiración y felicidad, de ver la cooperación que se ha desarrollado desde lo que se convirtió en su lugar de residencia, en Venezuela, dónde no existía mayor comunicación entre los vecinos, y a través de un grupo de Whatsapp se acompañan en oración, y hasta se han organizado para realizar compras por turnos, para ahorrar gasolina y ayudarse entre todos.
Todos estos relatos u experiencias nos dejan claro que pese a tener un estado con tantas dificultades en el suministro de los servicios básicos, el pueblo se aferra a las promesas de Dios y está empezando a vivir en comunidad.
