“Con María y Teresita en oración, sostenemos la Misión” este lema acompañó la celebración de la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera de Venezuela 2024, un encuentro que permitió a los niños y a sus coordinadores valorar y afianzar la labor de formación y acompañamiento de los más pequeños en el camino de la fe.
El presbítero Jesús Benito Cárdenas, director de la Obras Misionales Pontificias de la Diócesis de San Cristóbal, comentó que en nuestra Iglesia Local hay actualmente 25 grupos activos que llevan adelante la obra evangelizadora a través de la oración, caridad, sacrificio y limosna, virtudes que los niños van aprendiendo y que transmiten con la bondad y naturalidad de su edad.
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“Hoy celebramos los 181 años de la infancia misionera en el mundo, fundada por Monseñor Carlos Augusto Forbin Janson, obispo de Nancy (Francia), para responder a las necesidades que planteaban los misioneros que se encontraban en China, quienes narraban las situaciones de miseria que padecían los niños y niñas” dijo.
El Padre Benito explicó que a partir del testimonio de este hombre de Dios se fue difundiendo motivación de que los niños ayudaran a los niños, de manera que en 1843 se instituyó la Obra de la Santa Infancia que al año siguiente fue aprobada por el Papa Gregorio XVI, convirtiéndose en la primera de las Obras Misionales Pontificias.
Experiencias
Laudis Guerrero, asesora de la Infancia y Adolescencia Misionera de la parroquia Santísima Trinidad de La Fría y del Servicio de Animación Misionera Escolar del colegio Monseñor Sosa de ese municipio de la Zona Norte hace parte de esta obra desde hace 14 años y describe los aspectos más significativos.
“El objetivo es que los niños evangelicen a otros niños y den a conocer a Jesús. También es prestar el servicio de colaboración misionera en las parroquias, donde los niños aporten pequeñas ofrendas en las alcancías misioneras y sean solidarios con la misión evangelizadora”.
Explicó que la Infancia Misionera en Venezuela fue impulsada por el sacerdote dominico español Monseñor Fray Celerino Anciano (+) a partir del año 1964, cuando se le encomendó esta responsabilidad. El portal de la Diócesis de Puerto Cabello refiere como anécdota que, al recibir el nombramiento, el sacerdote no tenía mayor conocimiento de la obra, pero con creatividad y empeño logró difundirla por todo el país.
Laudis Guerrero acota que la Diócesis de San Cristóbal trabaja con un equipo coordinador de Infancia y Adolescencia Misionera (Ecodian). Ellos orientan sobre las líneas de acción.
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“En las parroquias llevamos una organización basada en la Escuela con Jesús, una metodología que se apoya en diferentes estrategias y recursos para trabajar con los niños. Esta escuela consta de cuatro semanas: formación, evangelización, valoración del trabajo y celebración”.
Los encuentros de Infancia Misionera se realizan de forma semanal o en función de las orientaciones de cada párroco, además de participar en las actividades de las parroquias. Uno de sus lemas proclama “Quien nos ama nos ayuda” y por eso se ayuda a la Iglesia.
Guerrero comenta que las actividades de mayor envergadura durante el año son la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera en enero y la Jornada Mundial de las Misiones o Domund, el tercer domingo de octubre. Las define como oportunidades de encuentro en la Diócesis.
Convocatoria
Leudis Guerrero expone que la invitación a los niños para que se incorporen en la Infancia Misionera se realiza en las parroquias, y al respecto señala que los sacerdotes tienen un papel fundamental en la promoción. También acota que es muy importante el apoyo de los padres.
“Para enseñar a los niños a evangelizar se trabaja a la luz de la Palabra, se seleccionan citas bíblicas, se dialoga sobre ellas y se comparten juegos y dinámicas. También se les enseña sobre testimonios de hombres y mujeres de fe como Santa Teresita del Niño Jesús, San Francisco Javier. Tenemos además un decálogo del Niño Misionero que orienta sobre cómo deben actuar los niños”.
“En La Fría participan 25 niños de entre 4 y 13 años. La idea es que en la etapa de la adolescencia se incorporen en Centimisión y luego Joven Misión” señala. En las parroquias donde no están activos todos los grupos, los adolescentes participan como líderes de los grupos infantiles, para ayudarlos a perseverar.
“La misión es para todos, qué bonito es que llevemos a los niños desde pequeños los a proclamar el mensaje de Dios. Monseñor Moronta dice que los niños son la cara alegre de la Iglesia, por eso es bueno que los sacerdotes promuevan la infancia misionera en sus parroquias” puntualiza Leudis Guerrero.
Marilis Andrade, es docente jubilada y actualmente colabora en la pastoral de Infancia y Adolescencia Misionera en el Santuario Diocesano Santo Cristo de La Grita. Al referirse a la obra destaca lo significativo de que los niños sean portadores de la buena nueva del evangelio.
“Ellos evangelizan con mucho cariño. Es un servicio maravilloso. En el Santuario tenemos 30 niños con edades de 5 a 11 años. Esta es una pastoral que genera sentido de pertenencia a la Iglesia”. Andrade comenta que en el camino de la Infancia Misionera los niños reciben la formación y a medida que van avanzando se incorporan en actividades de caridad.
“Se van formando y recibiendo sus insignias, primero se les entrega el Cristo, asisten a las actividades, reuniones, visitas a enfermos. Cuando pasan el año reciben la bufanda verde, que significa trigo verde. El aro blanco simboliza la unión con el Papa. Cuando avanzan reciben bufanda amarilla y blanca que indica que van madurando, ya la última etapa es roja”. Andrade cierra su apreciación señalando que estas experiencias pueden también desembocar en vocaciones a la vida sacerdotal o religiosa.
Para la niña Sofía Valentina Pérez Pereira, integrante de la Infancia Misionera de la parroquia Jesús Nazareno de Palo Gordo, se refirió a su experiencia: “Estoy en Infancia Misionera desde hace dos años, la profesora Xiomara nos explica de la Palabra, nos anima a leer el evangelio. También podemos ayudar en las misas. Yo cuando voy a evangelizar al principio me siento nerviosa, pero hoy iba de primera y la pasé súper. Me gusta aprender de Dios”.
«Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos». Mateo 19,14.
Ana Leticia Zambrano