El Ministerio iraní de Asuntos Exteriores condenó enérgicamente los ataques aéreos lanzados por EE.UU. en la provincia de Deir al Zur en el este de Siria, y los calificó de «ilegales y agresivos».
Según informó el viernes por la noche, el portavoz de Exteriores iraní Saíd Jatibzade, «estos ataques se han producido en un contexto en el que las fuerzas estadounidenses han entrado ilegalmente en territorio sirio en los últimos años, ocupando zonas del territorio sirio y robando recursos naturales, incluido el petróleo que es el derecho natural de la gente de Siria».
«Las bases ilegales estadounidenses en suelo sirio también entrenan fuerzas terroristas y las utilizan como herramientas», agregó Jatibzade.
Los bombardeos contra edificios supuestamente utilizados por las milicias proiraníes, según el Pentágono, fueron «proporcionados» y tuvieron carácter «defensivo», tras los ataques con cohetes de los últimos días contra bases y objetivos estadounidenses en Irak.
Según el portavoz del Pentágono, John Kirby, los bombardeos estadounidenses destruyeron múltiples instalaciones ubicadas en un punto de control fronterizo utilizado por varios grupos militantes respaldados por Irán, incluidos Kait’ib Hizbulá y Kait’ib Sayyid al-Shuhada.
Para Jatibzade, los ataques realizados por la nueva administración estadounidense bajo el mandato de Joe Biden, «son una clara violación de la soberanía e integridad territorial de Siria que intensificarán los conflictos militares y desestabilizarían aún más la región».
«Son una continuación de la constante agresión del régimen sionista en suelo sirio» y «una clara violación a los derechos humanos y al derecho internacional», consideró Jatibzade.
Este es el primer bombardeo efectuado por EE.UU. bajo el mandato de Biden y se produce después de que ofreciera formalmente volver a la mesa negociadora con Irán para rescatar el acuerdo nuclear del que su antecesor, Donald Trump, retiró a Estados Unidos hace más de tres años.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres, que tiene una amplia red de colaboradores sobre el terreno, en el ataque estadounidense murieron al menos 22 combatientes de las milicias proiraníes.
La embajada de Estados Unidos en Bagdad fue objeto el lunes de un ataque con dos misiles tipo katiusha que impactaron en el exterior de sus instalaciones en plena Zona Verde.
Una semana antes, el pasado día 15, un soldado estadounidense resultó herido y un contratista murió en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, debido al impacto de varios cohetes katiushas, tres de ellos en el aeropuerto de la capital.
Los ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak han aumentado desde que Estados Unidos matara en enero de 2020 al poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo en Bagdad.
De los ataques contra la Zona Verde se suelen hacer responsables grupos armados poco conocidos, pero Washington acusa directamente a Kataib Hizbulá, una milicia iraquí financiada directamente por Irán que EE,UU. ha clasificado como organización terrorista. EFE