El gobierno de Irán confirmó que los cuatro tanqueros que detuvo el gobierno de Estados Unidos en días recientes trasladaban gasolina iraní con destino a Venezuela, como parte del segundo envío de combustible acordado entre Teherán y Caracas, ya pagado por el gobierno de Nicolás Maduro.
Aunque inicialmente el presidente de Irán, Hasan Rohaní, negó tener algo que ver con el envío bajo el pretexto de que los barcos son iraníes, ahora el Ministro de Petróleo Bijan Namdar Zanganeh reconoció el acuerdo que tenían ambos países con respecto a la gasolina.
«Las embarcaciones fueron cargados en Irán, pero ni las naves ni sus cargas le pertenecían a Irán, pues aunque la gasolina era iraní, ya había sido vendida a Venezuela y su pago había sido cancelado en su totalidad», explicó el funcionario según lo reseñado por Bloomberg.
Los cuatro tanqueros Luna, Bering, Bella y Pandi poseían una carga estimada de 1.116.000 barriles de gasolina. El comandante de la Quinta Flota de Estados Unidos con base en Beréin, James Malloy, explicó que Washington usó buques contratados para confiscar el combustible iraní y transferirlo a otras embarcaciones. Dos transferencias se dieron en el Golfo de Omán y otras dos en la costa de Mozambique.
La incautación deja a Venezuela sin opciones para conseguir combustible, debido a sus problemas para generarlo por cuenta propia y las restricciones impuestas por Washington para importarlo. Hasta ahora la solución se había encontrado en Teherán, que empezó a enviar combustible a Venezuela en mayo, mientras la población venezolana afrontaba severos problemas de escasez con estaciones de servicio cerradas e incluso reventa ilegal de la poca gasolina que se conseguía.
Con la llegada del combustible iraní, el oficialismo creó un nuevo esquema de venta de gasolina a precios internacionales con subsidios condicionados a través del sistema patria. Los voceros del chavismo garantizaron que se solucionaría el problema del abastecimiento de combustible, pero dos meses y medio más tarde, regresan las colas kilométricas para abastecer los vehículos y progresivamente las estaciones de servicio empiezan a cerrar. Las operaciones en las refinerías reportan averías con regularidad y la producción local se paraliza con frecuencia.