El segundo misterio gozoso del Santo Rosario es la Visita María a su prima Santa Isabel, la Iglesia Universal conmemora esta fiesta litúrgica el 31 de mayo, cerrando el mes dedicado a la Madre Celestial. En Venezuela, la piedad popular realiza este día el gesto de la coronación a María.
Este acontecimiento está narrado en el evangelio de San Lucas (1, 9-36). Después de del anuncio del ángel, “María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno”.
Lea también: Coronación de la Virgen María en parroquia Santísima Trinidad de La Fría este 31 de mayo
La visitación de María tiene un significado teológico y espiritual que resalta la alegría del encuentro con Dios y el servicio desinteresado a los demás. Es un ejemplo de fe y solidaridad.
Sobre este gesto de María, el presbítero Mauro Orrú, párroco de la iglesia Santa Lucía y San Mario en El Corozo, destacó un detalle que también pone de manifiesto la firmeza y decisión de María al aceptar ser la madre de Dios: en el contexto social de este tiempo, la mujer debía permanecer en todo momento sujeta a la voluntad de sus padres o de su esposo.
“Sin embargo, el evangelio no dice que María pidió permiso, sino que salió presurosa a ayudar a su prima. Fue decidida y diligente, para ir a ayudar a Santa Isabel”. El padre Mauro enfatiza en estas actitudes que también definen a la Madre de Dios.

En la Jornada Mundial de la Juventud, en 2023, el Papa Francisco propuso gestos concretos a partir de la enseñanza de la visitación, invitando a “partir apresuradamente para encuentros concretos, para una acogida real de los que son diferentes a nosotros, como sucede entre la joven María y la anciana Isabel. Sólo así superaremos las distancias entre generaciones, entre clases sociales, entre etnias, entre grupos y categorías de todo tipo, y superaremos también las guerras” dijo el Pontífice.
Magníficat
El pasaje del evangelio dice que, al escuchar el saludo de María, Isabel se llenó del Espíritu Santo y le dijo: ““¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”, tal como se recita en el Ave María. Además, le pregunta “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”. En esta expresión se reconoce a la Virgen madre de Dios.
Y la respuesta de la Santísima Virgen, es el Magníficat, un himno de alabanza y gratitud a Dios. En esta oración, María expresa su humildad y reconoce las obras poderosas que Dios ha hecho a través de ella y en favor de su pueblo. Este canto es fundamental en la liturgia y la espiritualidad cristiana.
Ana Leticia Zambrano