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La voz de los pastores en la democracia venezolana

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Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya

Fe creída, Fe vivida

Este artículo de Fe Creída, Fe Vivida, busca adentrarnos en el desarrollo de la democracia luego de la década del 70 y el acompañamiento de la Iglesia Católica en estos procesos. Veremos cómo el episcopado acompaña este proceso con sus documentos y propuestas. La Iglesia en Venezuela, será una de las pocas instituciones que hablará claro sobre la descomposición del país en todos sus ámbitos y buscará la forma de acompañar desde la pastoral social, al pueblo sufriente y sin esperanza que afronta la actual crisis. Pero ¿La Iglesia que puede ofrecer desde el ámbito de la acción política?

LOS PASTORES HABLAN

 Retomando el marco histórico del Pacto de Punto de Fijo (1958), se puede decir, que se trató de una alianza que dejó fuera a la sociedad civil, bajo el criterio de la representatividad política, y pretendió construir una nación desde las élites institucionales de los partidos políticos, los militares, los empresarios, e incluso la Iglesia.

 Era pues, una sociedad construida desde arriba, que observaba y conceptualizaba los intereses de las diversas instituciones que la conformaban y representaban al pueblo, lo que quiere decir, que están en su lugar, como su voz.

 El proceso democrático con sus partidos políticos relativamente fuertes no parecía correr riesgos de debilitamiento durante las décadas del 60 y 70. Ese primer periodo experimentó su quiebre en la década del 80. Moronta, expresa, que esta década resultó para “los venezolanos y para los latinoamericanos un periodo de deterioro social, político, económico y moral”.

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 En lo económico, se le ha llamado la década perdida, por el retroceso en el poder adquisitivo y el degradante nivel de vida que esto trajo a nuestros pueblos latinoamericanos.

 En Venezuela, se empeoró lo iniciado a mediados del 70, frente a la abundancia de recursos por el precio del crudo, se agudizaba la crisis con la deuda externa, la inflación que atraía pobreza, la desvalorización de los derechos humanos, acentuación de la corrupción y deterioro del sistema político, todo esto se ocultó con el mito de la gran Venezuela, la cual en verdad no soportó más y desencadenó la explosión social del 27 de febrero de 1989, con el famoso CARACAZO, manifestación de la desilusión: la democracia integral no era para todos.

DOS PERIODOS PRESIDENCIALES

El presidente JAIME LUSINCHI (1984-1989), buscó cumplir su promesa electoral: un nuevo pacto social que combatiera la crisis económica y profundizara la democracia. Creó en 1984, la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, conformada por políticos y funcionarios públicos, que orientaron un proceso de consulta y debate. En 1986 presentarían un diagnóstico de los males de la democracia, colocando propuestas: la descentralización y la participación ciudadana, las cuales no fueron aceptadas por el presidente y AD, pero motivado al movimiento de civiles y partidos lograron aceptar algunas, como la elección directa de gobernadores.

 Ya en 1989 con el gobierno de C.A. PÉREZ (1989-1993) aprobaría la modificación a la ley del sufragio. En este sentido, vemos cómo algunas instituciones del gobierno, se convirtieron en la conciencia colectiva de la población, como un fin en sí misma, desvirtuando su seriedad, dejando fuera al sujeto social de la democracia.

 MENSAJES DE LA CEV (1980-1989)

 LA IGLESIA FUE CRITICADA y buscó ser silenciada por parte de las esferas del poder, al resentirse de la reflexión social de 17 documentos del episcopado durante esta década. Entre ellos: Con motivo de la CUARESMA DE 1980, el episcopado detalla factores positivos que alientan esperanza y comprueban los negativos que obstaculizan las expectativas, manifestado en el divorcio entre fe y vida en la familia, la desigualdad de clases, el afán de lucro que trajo corrupción, la baja calidad de la educación, la inseguridad e irrespeto a la vida. Presentando un desafío para una activa evangelización y promoción de la conversión personal.

 En 1981, propone la urgencia de anunciar los valores fundamentales del ser humano, frente a los intereses de los partidos políticos expresados en el derroche y la falta de responsabilidad. En 1982, presenta su visión pastoral y en 1983 envía un mensaje a los trabajadores. En 1986, se pronunciaría sobre el desempleo, mensaje que molestó a quienes vendían una imagen de una gran Venezuela sin problemas. En 1988, el caso de El Amparo. En estos años, los obispos proponían:

 “Que las respuestas y soluciones han de buscarse en la línea de una renovación de las organizaciones y estructuras político-administrativas del Estado; era una adecuación del proceso educativo a las metas de un desarrollo nacional e independiente, equitativo y compartido; y en el fortalecimiento de un recto y efectivo comportamiento ético, tanto individual como colectivo”.

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 En 1988, la CEV ofrecía al país la Declaración sobre los 30 años del 23 de enero de 1958, donde presentaban las luces y sombras, progresos y deficiencias de la democracia y proponían caminos para el futuro, resaltando la fe del pueblo en la democracia y pidiendo que no frustraran sus esperanzas.

En 1989, publican una Declaración donde invitan a la recuperación del país por medio de la renovación moral, la conversión personal y el retorno a los valores, para la acción solidaria en favor del pueblo, en especial los pobres que se sienten descontentos.

La CEV, insistió en presentar los problemas que generaron la crisis que comenzó a manifestarse aquel 27 de febrero de 1989, cuando se asumieron medidas económicas que no tuvieron en cuenta la situación del venezolano, aumentando la pobreza y la inseguridad, junto a la corrupción.

La Iglesia siguió insistiendo en la necesidad de un compromiso que implicará la conversión personal para reconstruir a Venezuela, basado en la justicia, la fraternidad y solidaridad, cumpliendo con la exigencia de una renovación moral, de la que se venía hablando.

 Sin embargo, P. TRIGO dirá que la Iglesia también cayó en este juego, cuando olvidó en ocasiones, el sentido de su localidad sociocultural, como lugar teológico de desarrollo y crecimiento comunitario, desde donde hubo de descubrir su auténtica universalidad y misión de servicio en el país.

 Esta situación social hizo reflexionar a la institución eclesiástica, que comenzó a levantar su voz con fuerte credibilidad, frente a una sociedad que se encontraba cansada del abuso de los partidos políticos, de su absolutización y niveles de corrupción.

 De ahí que distintos documentos, tanto de la CEV como de grupos de comunidades cristianas, levantaran sus voces de forma permanente, denunciando los nuevos y graves males que vivía la sociedad venezolana.

 NUEVOS FENOMENOS DE ORGANIZACIÓN (1989)

 En este contexto surgieron nuevos fenómenos en la organización y presencia de la Iglesia en Venezuela, tales como; la venezolanización de los religiosos que habían sido en su mayoría extranjeros hasta entonces, la inserción de la praxis de los sacerdotes en los problemas del país, el surgimiento de nuevos movimientos laicales y el nacimiento de LAS COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE (CEB), fruto de la Teología de la Liberación y la Teología del Pueblo. Estos fenómenos permitieron un giro en la praxis pastoral de la Iglesia, que fue tomando cuerpo, con base en la consideración de un nuevo sujeto social: el pobre y marginado.

 El FACTOR ECONÓMICO subyace como el detonante de los problemas sociopolíticos. Venezuela atraviesa un colapso en las finanzas públicas, se agota un modelo económico de sustitución de importaciones y el Estado tropieza con la resistencia popular, a pretender imponer políticas de reestructuración neoliberal como solución. Se estaba gestando una bomba de tiempo que trepidaba ya en la sociedad venezolana, de manera especial en los pobres, y que los obispos venían ya manifestándose en las décadas de los 80 y 90 al igual que algunos grupos de reflexión, acción e investigación católica.

En 1990, los obispos ofrecen un camino para un PROCESO DE RENOVACIÓN MORAL, marcado por la solidaridad, el compromiso y la responsabilidad de todos para una sociedad justa, libre y fraterna. En 1991, expresaron que la situación no ha mejorado, que no fueron atendidas sus recomendaciones, arrojando el intento de golpe de Estado del 04 febrero de 1992 liderado por H. Chávez, lo que agudizó la crisis y acrecentó el divorcio entre la dirigencia y el país. 

“La nación experimenta una regresión social, puesta de manifiesto en indicadores nutricionales y de salud. Se ha incrementado la proletarización de la clase media. Ha hecho explosión la crisis en materia de desempleo y vivienda, temas sobre los cuales se pronunció el episcopado en documentos recientes. Ha crecido en forma desorbitada, la inseguridad personal y la delincuencia, y la corrupción administrativa se ha generalizado todavía más”.

Por tanto, durante 1989-1992, los obispos hicieron llamados a la conciencia de los venezolanos para asumir la conversión pastoral, venciendo las dificultades y trabajando por la paz social. A los dirigentes los animó a que asumieran sus responsabilidades de atender el clamor del pueblo, garantizando la seguridad nacional con la recta administración y la vigencia del Estado de derecho para no llegar a la violencia.

 Advirtieron que si no se tomaban urgentes prevenciones, existían peligros de anarquía o soluciones a la fuerza, como realmente sucedió aquel 04 de febrero de 1992. Se dio una expectativa de esperanza con la designación de un consejo consultivo para dar orientaciones y salir de la crisis, pero fracasó y siguieron las manifestaciones, la gente seguía olvidada y no escuchada.

 “Algunos sectores del país, ante el agudizarse de la crisis, propusieron la iniciativa de ir a un entendimiento nacional y tomaron contacto con la Iglesia y sus representantes. Puedo decir con toda seriedad y veracidad, que la mayoría inmensa de ellos al acudir a la Iglesia querían defender y asegurar sus privilegios”.

LA IGLESIA AL LADO DEL PUEBLO

 La Iglesia ratificaba su deber de estar del lado de la gente, expresaba que el pueblo estaba impaciente por no ver cambios, ante la promesa que esperaban de una democracia justa, solidaria y participativa.

 Se intuía que esto sirviera de lección para todos, en particular a la dirigencia del país, pero no entraron en razón ante la grave crisis que se vivía, lo que daría paso a la destitución y enjuiciamiento de C.A. Pérez (AD) presidente de la República, el 21 de mayo de 1993 y la llamada a elecciones presidenciales. En un Comunicado en el mes de junio de 1993, la CEV manifestó su solidaridad con la democracia y con el pueblo venezolano.

 Esta elección tuvo una particularidad, que reflejaba otro problema a nivel de la dirigencia. Por primera vez desde 1958, fueron derrotados electoralmente y reemplazados en el poder AD y COPEI. El triunfador fue R. CALDERA (1994-1999), quien había sido el máximo líder de COPEI, pero esta vez fue apoyado por una coalición de pequeñas organizaciones y fuera del partido que había fundado, gana las elecciones, evidencia del deterioro de los grandes partidos.

 Con Caldera se buscó actualizar la constitución de 1961, sin embargo, las dificultades surgidas de la crisis económica y la alianza informal con AD, debilitaron la voluntad política de cumplir su promesa. Igualmente se evidenció la falta de apoyo formal e institucional de los partidos en el Parlamento durante su mandato, lo que explica la debilidad e ineficacia de este gobierno, unido a las graves fallas de administración, contradicciones en sus políticas, que llevó a una incertidumbre institucional e insatisfacción de los venezolanos que prepararía el camino a H. Chávez Frías, que asumió en 1999, la presidencia de Venezuela en su primer período (1999-2013).

 CONCLUSIÓN

Ante este esbozo del quiebre y debilitamiento del sistema democrático y los partidos políticos, podríamos pensar ¿ACASO LA CLASE DIRIGENTE NO COMPRENDIÓ QUE SUS PARTIDOS POLÍTICOS HABÍAN ENTRADO EN UN PROCESO DE DESCOMPOSICIÓN? Seguramente tenían conciencia de la existencia de graves desviaciones que afectaban el desempeño de la administración democrática, pero sin aplicar correctivos. Ahora ¿Cuáles serían las causas que llevarían al debilitamiento de los partidos políticos y prepararía el camino electoral de H. Chávez?

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