Para el obispo electo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Lisandro Rivas, renovar el sentido evangelizador misionero es una de las premisas que prevé cumplir en beneficio del pueblo del Táchira, esto como parte de una serie de acciones que buscan darle continuidad a la labor de sus predecesores quienes con compromiso y dinamismo fueron guías indiscutibles de la fe y amor a Dios.
“Para mí el ir a la Diócesis de San Cristóbal, uno de mis grandes sueños es dar continuidad a un camino que ha iniciado hace ciento dos años y que mis predecesores, particularmente, monseñor Mario Moronta, que en los últimos años ha pastoreado, ha ido afianzando una Iglesia en sentido y en espíritu de sinodalidad, un espíritu que se ha hecho presente a través de los frutos que hoy día podemos decir que están presentes en diferentes instancias eclesiales”.
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Monseñor Lisandro Rivas aduce que parte de esos aspectos y directrices que estima cumplir se encuentra seguir y cumplir con el mandato del Papa Francisco quien insiste en escuchar al Espíritu Santo como parte de la renovación y consolidación de la fe en todo el pueblo de Dios.
“Claramente esto no lo hace el obispo son también en comunión con los presbíteros, los diáconos, los laicos comprometidos, en fin con las diferentes instancias eclesiales ya existentes en la Diócesis (…) esto por supuesto requiere tiempo y una actitud de permanencia de poder estar con la gente, con el pueblo”.
Reitera que la Diócesis debe estar inmersa en las palabras del Papa que expresa el vivir en la sinodalidad, en salida misionera para fortalecer la religiosidad y fe del santo pueblo de Dios, con lo cual se impulsa la esperanza a través del compromiso eclesial que proviene desde la caridad.
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El obispo electo prevé continuar con la protección del Vicariato Apostólico del Caroní, como un compromiso que desde el seno de la Iglesia de San Cristóbal, con sus pobreza y riqueza protege, cuida y ayuda a otros hermanos lejos de las fronteras del estado Táchira.
“Ofrecer siempre lo mejor para que también nuestros hermanos indígenas puedan disfrutar de una fe bien arraigada, comprometida y de una Iglesia que sabe escuchar y sabe recibir y compartir lo que Dios le va proporcionando cada día”.
Desde su obispado renovará e impulsará todas las expresiones de religiosidad popular que yacen en el corazón del pueblo del Táchira y son una marca indeleble de su fe, su compromiso, su amor por los designios de Dios que busca siempre promover gestos de caridad y unión como la gran familia que dentro de la Iglesia siempre está dispuesta a dar la mano y ayudar al prójimo.
“Hay que mirar todas estas expresiones de religiosidad arraigadas en el corazón y la vida de los tachirenses, como lo es el Santo Cristo de La Grita y Nuestra Señora de La Consolación (…) y quizá también San Sebastián”.
Monseñor Lisandro Rivas, finaliza afirmando que sus expectativas son diversas y por ello se hará participe de todas las acciones que involucren la Diócesis de San Cristóbal, para conocer a todos los presbíteros y a quienes hacen vida en comunión con la Iglesia para así dar lo mejor de sí.
Carlos A. Ramírez B.