La feligresía día a día entrega ofrendas a la Virgen de La Consolación, los milagros obrados por la patrona del Táchira son innumerables motivo por el cual, el museo en su nombre, es en la actualidad uno de los más representativos, visitados y respetados.
El área lateral derecha de la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación, en Táriba, municipio Cárdenas, es la muestra de la devoción mariana que el pueblo del Táchira erige con convicción y que año tras año, en el mes de agosto, erige con una procesión donde los fieles a la virgen y al catolicismo recorren las calles y avenidas de toda la entidad para encontrarse con Nuestra Señora de la Consolación.
Le puede interesar: El Papa en el Ángelus: En los momentos de oscuridad Cristo viene a nuestro encuentro
El museo es un recinto que está colmado de todo tipo de regalos que van desde las siempre presentes placas metálicas, títulos universitarios, indumentaria militar, vestidos de novia, réplicas de viviendas en miniatura además de cuadernos con mensajes a la virgen donde agradecen el logro obtenido.
Para quienes son fervientes seguidores de la virgen la notoriedad no es una premisa, de allí que no solo un día al año se les ve visitando el templo para agradecer la intercesión de la madre Dios en cada uno de sus pedimentos. Es así como algunos han decidido instaurar sus negocios y emprendimientos en las adyacencias del templo como una acción que se deriva de un favor concedido.
María Quintero venera a la Virgen desde que tiene uso de razón. Nacida en el estado Táchira hace 58 años en la actualidad vive en la ciudad de Caracas, sin embargo, eso no ha sido impedimento para acompañar a la madre de Dios año tras año. El milagro obtenido y por el cual entregó una placa y un cuaderno en el museo, lo cristalizó hace 25 años, cuando en un accidente automovilístico su hijo casi pierde la vida.
Lee también: La cultural se entrelaza en honor a la Virgen de La Consolación
“Fueron casi dos meses de esperar y de tristeza (…) yo le pedí a la virgen que me ayudara y que prometía continuar mis visitas hasta su templo hasta que mi cuerpo aguantara (…) además cuando pedía escribía frases agradeciendo a la virgen cada día que permanecí en el hospital”.
Quintero con la emoción que aún mantiene viva por el milagro concedido arguyó que un mes después que su hijo salió del hospital visitó a la virgen y entregó una placa donde agradecía el favor además de un cuaderno casi completamente llenó de oraciones y frases dedicadas a la madre de Dios.
Murales
Cuatro murales se aprecian en el museo de la virgen los cuales llevan una historia que no caduca y que se refuerza con el pasar de los años:
Ø Primer mural: se aprecian los padres misioneros cruzando un crecido y turbulento río Torbes
Ø Segundo mural: Denota la batalla de los indios Táriba con los Guásimos.
Ø Tercer mural: escenifica a unos niños tratando de destruir el retablo de la virgen.
Ø Cuarto mural: Se presenta el inició del culto y veneración a la virgen
Carlos A. Ramírez B.-