En medio de dolor y el llanto, Adriana Parada, madre del joven Rufo Chacón, quien resultó herido por funcionarios de Politáchira en una protesta en Táriba, exigió justicia ante la violación de los derechos humanos y la represión a la cual fueron sometidos decenas de manifestantes el pasado martes.
Parada indicó que al conversar con su hijo solo le manifiesta su deseo de morir al no poder recuperar la vista, pues el menor de edad recibió 52 impactos de perdigón en el rostro que le imposibilitan volver a ver.
Relató que tanto sus dos hijos como ella, se encontraban en la autopista San Cristóbal-La Fría desde tempranas horas para reclamar gas domestico, pues no contaban con el servicio desde hace meses, cuando más de 20 efectivos de dicho cuerpo policial, llegaron a dispersar la concentración.
“El señor Victor, encargado del Gas en San Cristóbal, nos dijo que nos iba solucionar esta situación, y dijo ya van a ver lo que les viene, y lo que sucedió fue que vimos a la policía corriendo, dándoles golpes a la gente, disparando, sabiendo que habían niños y personas mayores, ante eso, mi hijo lo que hizo fue agarrar la bombona de gas para retirarse y la policía le disparó en la cara” dijo.
El joven fue trasladado al Hospital Central de San Cristóbal, donde a la una de la madrugada fue intervenido quirúrgicamente para retirar los residuos de perdigón de su vista.
“Mi hijo tiene desfigurado el rostro completamente, tiene esquirlas, le arruinaron la vida, el no es un guarimbero, simplemente me ayudó a buscar gas, por ello, pido justicia no solamente con esos dos policías, que caigan todos los que andaban porque todos golpearon a la gente”.
Recordó que su hijo de 14 años fue golpeado con el rolo en la cabeza al salir corriendo para resguardarse de los perdigones.
Parada teme represalias para su familia debido a la detención de los funcionarios.
“Pido que no estos policías no sean detenidos dos meses y luego lo suelten, que se cumpla la ley porque a los uniformados siempre lo apoyan en todo” señaló.