La veneración a la Santísima Virgen en la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo es especialmente manifestada por la orden de los Agustinos. Su memoria litúrgica se celebra el 25 de abril.
El sitio web de la familia Agustiniana menciona que el Papa León XIII introdujo en la letanía del Santo Rosario la invocación “Madre del Buen Consejo”.
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La imagen de Nuestra Señora en esta advocación se encuentra en la Basílica de Genazzano, en las afueras de Roma y que desde el siglo XIV es regentada por la orden de los Agustinos. Presenta a la Santísima Virgen con el Niño Jesús en los brazos. La ternura de sus miradas que se encuentran y la mano del Salvador sobre el pecho de su santa madre, evocan un diálogo amoroso.
La tradición, narrada en el sitio web corazones.org, señala que la imagen estaba incrustada en una capilla en Scutari, Alabania. Esta fue la última ciudad tomada por los turcos, alrededor de 1467. “Cuando comprendieron que ya no podían resistir más, le pidieron consejo a la Virgen sobre qué hacer para mantener su fe católica en aquellas circunstancias. Esa noche, ante el asombro de dos albaneses, la imagen de la Virgen se desprendió de la pared y elevándose por los cielos se comenzó a trasladar lentamente hacia el oeste”.

Simultáneamente, en la población de Genazzano, Italia, había una capilla a medio construir. El 25 de abril, día de San Marcos, los habitantes del pueblo celebraban una fiesta cuando observaron “una nube encopada flotando bien bajo a través del claro cielo azul. El asombro paralizó el baile y el canto. Toda la atención fue puesta en la nube que bajaba despacio y que finalmente se detuvo en un borde angosto de las paredes sin terminar de la iglesia (…). La nube se abrió gradualmente, y en su centro apareció una bellísima pintura de Nuestra Señora con el Niño Jesús. Todas las campanas del pueblo comenzaron a sonar sin la ayuda de manos humanas”.
Los albaneses que habían seguido la imagen desde que se desprendió de su nicho en Scutari, dieron testimonio de lo ocurrido y se quedaron viviendo allí “para vivir cerca de su Señora, que también se había refugiado”. Al conocer lo sucedido, el Papa Pablo II comisionó a dos obispos para que investigaran lo sucedido, llegando a la conclusión de que la pintura era verdaderamente Nuestra Señora del Buen Consejo que había sido venerada por siglos en el pequeño pueblo de Scutari.

Papa León XVI
En el tercer día de su Pontificado, el Papa León XIV se trasladó a la Basílica de Genazzano, para orar ante la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo. “He deseado mucho venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado, para llevar adelante esta misión como Sucesor de Pedro”, expresó el Vicario de Cristo.
“El buen consejo de María lo encontramos en la escena evangélica de las bodas de Caná: “Haced lo que él os diga” (Jn 2, 5). María, primera seguidora de Jesucristo, nos ofrece a Jesús en su regazo como maestro, camino, verdad y vida.”
Invocación a Nuestra Señora del Buen Consejo
¡Oh querida Madre! Ruega a tu Divino Hijo que su Divino Espíritu …
el Espíritu Santo, desarrolle en nuestras almas el Don de Consejo …
y los otros seis Dones de los que tenemos tanta necesidad. ¡Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros!