El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mons. Mario del Valle Moronta, presidió en la catedral la eucaristía este miércoles 26 de febrero en el inicio de la cuaresma 2020.
Enfatizó Moronta que esta celebración nos recuerda dos cosas importantes, una de ellas la necesidad de abrir nuestra mente y nuestro corazón, además de ser humildes para recibir la gracia de Dios.
Basado en la segunda lectura del día, indicó el obispo que «Todos somos embajadores de Cristo» y es por ello que en la diócesis están realizando la petición especial de intensificar la vocación a ser embajadores de Cristo para invitar a aquellos que se han alejado, a que se acerquen a la iglesia. Por esta razón no solamente se trata de recibir la ceniza, sino de comprometerse a anunciar el reino de salvación, la invitación a la conversión para que donde haya pecado sobre abunde la gracia.
Finalizó Monseñor Moronta exhortando a que esta cuaresma sea el tiempo propicio para reafirmar el compromiso con todos y en espacial con los que mas sufren.