“El mejor legado que nos ha dejado: su ejemplo de vida sacerdotal”, expresó monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, en la misa exequial de monseñor Raúl de Jesús Méndez Moncada en la parroquia San Juan Bautista de La Ermita, la mañana del 19 de julio. Cuando sacerdotes, familiares y fieles dieron el último adiós al ilustre sacerdote fallecido a los 101 años de vida.
Monseñor Raúl Méndez Moncada falleció el pasado 17 de julio, y la ceremonia fúnebre se efectúo durante 3 días; cientos de hombres y mujeres tachirenses se acercaron al féretro para agradecer entre lágrimas y recuerdos el servicio pastoral que prestó a diversas comunidades de la región.
La misa de exequias comenzó luego que instituciones públicas y privadas leyeran diversos Acuerdos que exaltaban el trabajo de monseñor Méndez Moncada como pastor, historiador, orador, poeta, escritor, capellán militar, deportista, entre otras magnánimas cualidades.
“Pero, sin restarle importancia a ello, lo que más resultó relevante en su vida como cristiano y sacerdote fue su fidelidad al Evangelio y su amor por la Iglesia”, dijo el Obispo Mario Moronta en la homilía.
También el Obispo destacó el importante “apostolado eucarístico” de monseñor Méndez Moncada. “Supo ser promotor de la fe en la Eucaristía, para la cual se auxilió con la cofradía del Santísimo Sacramento. Su apostolado eucarístico lo llevó a promover las horas santas, los encuentros eucarísticos y la oración ante el sagrario. Es una consecuencia lógica de un sacerdote que ha centrado su vida en la Eucaristía”.
El Prelado también destacó “el apostolado de la reconciliación” de Monseñor Méndez “en particular el sacramento de la penitencia. Sus horas de confesión permitían a tantos pecadores y penitentes sentir la ternura y la misericordia de Dios”.
Asimismo, el Obispo enfatizó que monseñor Raúl Méndez fue un sacerdote preocupado por la “dignidad de la persona humana: su dedicación a los enfermos y ancianos, la dirección espiritual, y por su interés por las vocaciones sacerdotales”.
“Todo esto y mucho más nos impulsa a agradecer a Dios por su obra como sacerdote. Es el mejor legado que nos deja: su ejemplo de vida sacerdotal”.
Al finalizar la celebración eucarística, el Obispo junto a los sacerdotes llevaron en hombros el féretro de monseñor Raúl Méndez en procesión fúnebre por la Plaza Páez de La Ermita. Y Posteriormente fue trasladado al templo Beata María de San José, en el sector Monterrey, donde fue sepultado. (Prensa DiócesisSC)