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Nuestra Señora de Lourdes, salud de los enfermos

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Nuestra Señora de Lourdes, salud de los enfermos

El 11 de febrero de 1858, la Santísima Virgen María se apareció a una joven llamada Bernadette Soubirous en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, cerca de la población de Lourdes, Francia. Vestida de blanco, con velo del mismo color, una cinta azul en la cintura, las manos unidas en actitud de oración y un rosario colgando del brazo, descalza, con una rosa dorada en cada uno de sus pies.

La Santísima Virgen no pronunció palabra, sino que con gestos invitó a Berdarnette a orar.  La niña comenzó a rezar el rosario. Cuando regresó a su casa le contó a su familia lo que había visto. Al principio le prohibieron ir a la gruta, pero finalmente le permitieron volver y cuando rezaba el rosario, apareció de nuevo la madre de Dios.

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El 18 de febrero, Bernardette volvió a la gruta y en esta oportunidad María le preguntó si podría asistir allí durante los próximos quince días. También le anunció que no sería feliz en su vida terrena, sino después de su muerte.

La noticia de las apariciones se extendió y cada día asistían más personas al lugar. El 25 de febrero, María le pidió a Bernardette que escarbara en la tierra a los pies de la gruta y bebiera agua. Al principio salió muy poca, pero en la tarde brotó un manantial que se mantiene hasta el día de hoy.

Bernadette preguntaba insistentemente a la señora su nombre. El 25 de marzo, ella le dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Esta revelación significa para los católicos la confirmación del dogma proclamado en 1854 por el Papa Pío IX, donde afirma que la madre de Nuestro Señor fue preservada de toda mancha de pecado desde el primer instante de su concepción. 

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En total fueron 18 las apariciones de la Santísima Virgen a la joven en la gruta de Lourdes. En todo este tiempo, María pidió oración y penitencia por los pecadores del mundo.

Resistencia

Bernadette, hoy conocida como Santa Bernardita, padeció la incredulidad y hostigamiento de autoridades civiles y algunos integrantes de la Iglesia que no admitían que la Madre de Dios se presentara ante una humilde joven. No fue sino hasta 1860 que el Obispo de Tarbes, Monseñor Lauirence dio  crédito al testimonio.

Investigaciones eclesiásticas confirmaron la veracidad de los hechos, de manera que la aparición de María en la advocación de Nuestra Señora de Lourdes es reconocida como aparición canónica desde 1862.

Salud

Por petición de Nuestra Señora, en el lugar de la aparición se edificó un santuario.  Miles de personas asisten desde entonces y dan testimonio de curación de enfermedades corporales y espirituales. El agua del manantial de la gruta se considera fuente de sanación. En su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, María es patrona de los enfermos.

San Juan Pablo II instituyó en 1992 la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo, el 11 de febrero, en atención a la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes.

 Oración:

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre Nuestra!

Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de nuestros ojos acudimos en las horas amargas de nuestra enfermedad a tu maternal corazón para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.

Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches, pero acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Ti haya sido abandonado.

¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!

Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo (nombrar a la persona).

Alcánzale de tu Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios.

Pero mucho más alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.

Virgen de Lourdes, rogad por nosotros.

Consuelo de los afligidos, rogad por nosotros.

Salud de los enfermos, rogad por nosotros. Amén

Rezar tres Avemarías.

Ana Leticia Zambrano

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