“El objetivo del gobierno de reubicar hasta 30.000 solicitantes de SIV (Visas especiales de inmigrante) en los Estados Unidos sigue siendo una tarea monumental que pende de un hilo”. Lo afirma la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, en sus siglas en inglés) en un comunicado en el que exhorta al gobierno estadounidense a actuar con prontitud y urgencia para ayudar y preservar la vida de estos afganos que han colaborado en la misión estadounidense en el país asiático.
Miles de vidas en peligro
Monseñor Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la USCCB y Monseñor David J. Malloy obispo de Rockford, y presidente del Comité de Justicia y Paz de la USCCB firman la nota que, si bien reconoce la crisis humanitaria desatada tras el control de Afganistán por parte de los talibanes y las dificultades para evacuar a diplomáticos y otros empleados del gobierno estadounidense, recuerdan el compromiso con quienes han colaborado con la misión del ejército estadounidense.
“Miles de personas que han trabajado como intérpretes, traductores y en otras áreas junto con el ejército de los Estados Unidos durante los últimos veinte años, incluidos los solicitantes de visas especiales de inmigrante (SIV), se encuentran ellos mismos y sus familias en peligro”, advierte el episcopado en vista de la imposibilidad de habilitar vuelos comerciales desde y hacia el aeropuerto de Kabul, actualmente clausurados.
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