Nuevamente los obispos venezolanos se pronuncian sobre el proceso electoral en el país, las elecciones regionales del próximo domingo, 21 de noviembre, que como ellos mismos mencionan, generan indiferencia, rechazo o desesperanza en una “nación herida” en sus estructuras e instituciones, “como consecuencia de un modelo político autorreferencial, de vocación totalitaria” y “moralmente inaceptable” por su irrespeto de los derechos humanos, la destrucción de la estructura productiva y un “empobrecimiento inédito del país”.
En un comunicado de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), titulado “Más allá de las elecciones regionales”, los obispos ven en “la imposición de un sistema comunal, proclamado por algunos miembros del gobierno”, un futuro debilitamiento o eliminación de las funciones de las gobernaciones, alcaldías y otras expresiones del poder local, “con la finalidad de instaurar un poder hegemónico desde bases sociales no electas”.
No quedarse en la diatriba y el conflicto
Ante la apatía ciudadana frente al voto, por falta de confianza y las fracturas de los partidos de la oposición, los obispos invitan a “no quedarse en la diatriba y el conflicto, sino encararlos y trabajar por superarlos” en función del bien común.
Se necesita para ello que “emerjan nuevos liderazgos sociales que tendrán que proponer nuevas alternativas al proyecto centralizador del gobierno” y se requiere “una nueva y buena política donde lo más importante sea el interés por las personas, especialmente los más vulnerables».
Ir a votar se deja a la conciencia de cada quien
Desde Vatican News, conversamos con Monseñor José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo y presidente de la CVE sobre este documento y, en particular, sobre las condiciones que llevaron a estas elecciones y sus perspectivas.
En el mensaje se habla de la apatía que estas elecciones han provocado en los ciudadanos, la fractura de la oposición y la incredulidad sobre la transparencia. ¿Cómo ha sido el camino hacia estas elecciones?
Ha sido un camino muy tortuoso. Por parte de la oposición, especialment, para ponerse de acuerdo en tratar de llevar candidatos unitarios. Ha sido toda una cuesta arriba. Y vemos nosotros hoy día que, en varias candidaturas de gobernaciones y alcaldías, van dos o tres miembros la oposición, mientras el gobierno lleva un solo candidato del partido de gobierno. El otro aspecto, es la falta de credibilidad en el organismo electoral, porque desde hace muchos años, el gobierno ejecutivo ha arropado todos los demás poderes. Y entonces, esto ha traído un gran problema, como la falta de credibilidad que se ha tenido en el ente electoral.
Últimamente, hubo la designación de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, así que este es un momento para ver el comportamiento dentro del ámbito de los procesos, de los resultados, de los mecanismos, de la imparcialidad, que deberían estar presentes en este organismo. Considero que todas estas cosas no ayudan a que el pueblo pueda tener una fe, una confianza. Además, el trabajo que ha tenido el gobierno, a través de distintas instancias, de querer dividir la oposición, de hacerse una oposición a su gusto, a su manera, también lo ha logrado. Entonces, ver estas elecciones desde estos ámbitos siempre implica un reto fundamental que nos pone ante una actitud de credibilidad o no credibilidad, pero hay que proseguir y ver el resultado del día 21 de noviembre.
Los obispos invitan a votar, a no abstenerse, a no dejar el voto nulo y a pensar no individualmente, sino trascender a lo comunitario. Sin embargo, en el mismo mensaje ustedes hablan de un modelo político de vocación totalitaria, que ha llevado al país a un empobrecimiento moral y económico. Ante este panorama, ¿qué significado tiene ir a votar en este momento?
La posición que nosotros hemos asumido es muy respetuosa, tanto respeto con aquel que a lo mejor dice: “no tengo razones para ir a votar”; como respeto para el que te diga: “tengo razones para ir a votar». Compete a cada ciudadano asumir, en esta situación, es decir, la situación de conflictividad y, sobre todo, del resquebrajamiento de la realidad social, política, económica, jurídica de nuestro país, la decisión de participar o no, pero eso si – decimos los obispos- siendo conscientes de que cualquiera que sea la decisión, esta tendrá gran incidencia en el futuro de la comunidad, la región y el país.
Por eso, ver este proceso electoral desde una dinámica de transformación, de posibilidades, de abrir un compás a los nuevos liderazgos regionales, locales, es necesario, pero con una nueva actitud. Una actitud, no de revanchismos, sino de búsqueda de fraternidad, una actitud no de descarte, sino de inclusión. Ahora veremos si estos candidatos son capaces de realizar esto, porque es urgente para el país, para no entrar nuevamente en una diatriba belicosa, una diatriba de enfrentamientos, sino buscar con el diálogo y la negociación, la salida pacífica y democrática a esta situación de ingobernabilidad que hay en el país.
El mensaje lleva por título, “Más allá de las elecciones regionales”. Es como proyectarse hacia un futuro más esperanzador, con salidas. ¿Cuáles son las expectativas de los obispos?
Siempre tenemos confianza. Y creo que los venezolanos hemos mantenido una actitud de esperanza durante estos 21 años. Yo creo que se constata que sí podemos transformar nuestro país aprendiendo de esta realidad que es muy dura de pobreza, de desestructuración de todo lo que es el ámbito político, económico, financiero de nuestra nación y, sobre todo, el resquebrajarse de los derechos que tenemos los venezolanos, especialmente los Derechos Humanos.
Creo que hacia allá podemos ir caminando con mucha confianza puesta en Dios y, como bien lo decimos los obispos en nuestro comunicado, “se impone primordialmente, redoblar la esperanza humana y cristiana en la dignidad y potencialidades de todos y cada uno los venezolanos y en la bondad y misericordia de Dios nuestro Padre”.
Elecciones regionales
Cerca de 21 millones de venezolanos están llamados a las urnas para renovar todos los cargos ejecutivos y legislativos de las 23 entidades federales, así como el de los 335 municipios del país. Se trata de más de 3 mil cargos políticos, 335 alcaldes, 253 legisladores a los Consejos Legislativos y 2.471 concejales. A estos comicios acudirá, por primera vez desde 2017, el grueso de la oposición, no obstante las divisiones. Ya la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha realizado su despliegue para apoyar la celebración de elecciones regionales. Una Misión de Observación Electoral de la Unión Europea estará en las elecciones. La última vez fue en 2006. Ya se han instalado las nuevas máquinas de votación, con las que desde el mes de octubre, los venezolanos han podido “familiarizarse” a través de cursos y tutoriales en las calles y el las redes.
«Si cada uno pone lo mejor de sí -conccluyen los obispos venezolanos – construiremos, desde el calor de los hogares, desde la solidaridad de nuestras comunidades y las tradiciones de nuestras regiones, las bases para la deseada reconstrucción nacional a fin de que Venezuela sea la “casa común” de todos: de los que piensan distinto, de los que estamos aquí y de los que están fuera añorando volver».