“En el camino a la santidad y a la plenitud de la eternidad, todo bautizado está llamado a vivir adelantadamente esta experiencia en el encuentro vivo y permanente con Jesucristo”, expresó monseñor Mario Moronta en la homilía de la Ordenación Sacerdotal de los jóvenes José Ricardo Robles Moreno y Francisco David Pérez Pérez, el pasado 4 de enero en la población de Seboruco.
Con estas ordenaciones sacerdotales, ya son 100 presbíteros cuya ceremonia de ordenación ha sido presidida por Monseñor Mario Moronta durante sus primeros 20 años de ministerio episcopal en el Táchira.
El Obispo reflexionó sobre el llamado a la santidad y la espiritualidad del bautizado: “por el Bautismo, además de convertirnos en hijos de Dios Padre, llegamos a ser discípulos del Maestro. Para ello, contamos con la acción del Espíritu Santo. Éste nos permite e impulsa a reconocer a Dios como Padre y a ser seguidores de Jesús, de tal modo que nos convirtamos en misioneros de su Evangelio. Esa acción del Consolador la llamamos, con términos paulinos, ‘la vida según el Espíritu’: ésta es la espiritualidad del bautizado caracterizada también por el encuentro vivo con Jesucristo”.
En el caso de los consagrados a Dios, el monseñor Moronta señaló que están llamados a “estar en plena comunión y sintonía con Él. Ya el hecho de ser bautizados los orienta al encuentro con Cristo. Pero, precisamente por actuar en su Nombre y desde la experiencia de dicho encuentro más cercano con Él, están llamados a ayudar, acompañar, proteger y hacer crecer en sus hermanos esa llamada al encuentro con el Señor”, dijo.
Siguiendo el rito de la Ordenación Sacerdotal, el Obispo pronunció la oración consecratoria e impuso las manos sobre los ordenandos. Así mismo lo hicieron los presbíteros, quienes le dieron la bienvenida fraterna al presbiterio.
El Obispo finalmente animó los nuevos sacerdotes a ser “testigos y servidores del Cristo Sumo y Eterno Sacerdote. Desde la maravillosa experiencia de estar en comunión con Él y con la Iglesia, no dejen de seguir caminando en la novedad de vida hacia la santidad”.
Los familiares fueron los primeros en recibir la bendición de los recién ordenados, quienes además celebraron la Primera Misa el 5 de enero en el mismo templo parroquial de San Pedro de Seboruco. (Prensa DiócesisSC)