Freddy Ramírez / Diario Católico
Dios necesita acción y esto nos debe llevar a una verdadera conversión
El sacerdote diocesano Ricardo Ramírez, habló sobre su experiencia en el trabajo pastoral realizado a través de Cáritas en el estado Táchira, el cual definió como, la acción social de la iglesia o la caridad operante, que se encuentra permanentemente vigilante a las necesidades de la población y que en estos momentos se presenta de diferentes maneras; desde los connacionales que permanecen semanas aislados en los PASI y que requieren de una buena alimentación, pues muchos de ellos retornan tan solo con una maleta debajo del brazo, hasta aquellos que la pandemia ha dejado sin recursos económicos y que a duras penas pueden comer una vez al día o los mismos médicos y personal de la salud del Táchira que luchan diariamente contra la covid-19 pero no tienen sus implementos de bioseguridad.
En este sentido, explicó que la iglesia católica, a través de Cáritas, ha recibido el apoyo de importantes organizaciones a nivel mundial, como el caso de la Cruz Roja Internacional con la cual se tiene un convenio para poder brindar atención alimentaria a 650 personas que permanecen en los Puestos de Atención Social Integral PASI, en las poblaciones fronterizas de San Antonio y Ureña. En donde además, se cuenta con el apoyo de Cáritas parroquiales quienes a través de un voluntariado, prestan sus servicios en la elaboración y posterior entrega de las comidas.
Por otra parte indicó, que están brindando apoyo con medicamentos a todo aquel que lo necesita, a través de los bancos de medicinas que se encuentran activos en las parroquias de la diócesis de San Cristóbal y a su vez el registro de estas personas les permite llevar un control que después les sirve para hacer entrega de mercados a familias vulnerables o en condición de pobreza.
Plan piloto para beneficiar a familias en extrema pobreza.
La conformación de una nueva junta directiva de Cáritas, ha conllevado a la creación de nuevos proyectos de orden social, en los cuales tienen establecido un plan piloto que les permitirá repartir más de 800 mercados a familias con extrema pobreza en toda la diócesis. Esta idea se fundamenta en los llamados “mercados solidarios” y se afianza con la iniciativa “Una verdura para mi pueblo” que busca fortalecer el plan de alimentación.
No obstante, expresa el presbítero Ricardo Ramírez que poder llevar a cabo todo esto no es fácil debido a la situación del país, con el dinero que llega muchas veces no se logra cubrir completas todas las necesidades, pero todo parte de la generosidad que abunda en el corazón de aquel que se acerca a colaborar y en donde un kilo de papa es tan valioso como un bulto, porque así mismo nos lo ha enseñado el evangelio en aquel capítulo en donde Jesús multiplica los cinco panes y los dos peces y con ello pudo dar de comer a todo aquel que necesitaba. De esta misma manera con el aporte de cada uno y pidiendo el apoyo de las verduras, podemos seguir cumpliendo esa obra de Dios, a través de ese gran milagro de darle de comer a quien lo necesita.
Cáritas llegando a las comunidades más necesitadas.
La atención de Cáritas se encuentra actualmente orientada a las afueras de San Cristóbal, con el gesto solidario se logra brindar el apoyo a comunidades de, El Palmar de la Cope, el ancianato de El Palmar, San Josecito, Cuesta del Trapiche, El Corozo, Santa Ana, Táriba, Santa Eduviges, zonas de Peribeca, de modo que se está tratando de abarcar lugares donde hay mayor necesidad indicó el padre Ricardo.
Desde el inicio de este proyecto hace dos meses se ha tenido un alcance de atención a dos mil familias con miras de poder atender a 800 familias más, además, durante las próximas semanas se estará brindando un apoyo a los sacerdotes de la diócesis que en total son 220 y a lo mejor faltaran otros, pero desde Cáritas queremos brindar este apoyo de alimentos a las parroquias que en estos tiempos no tienen el sustento y toda esta acción viene de la mano con el Obispo diocesano Monseñor Mario Moronta.
Hay un afán por lo material y no por lo espiritual
La necesidad en el ser humano de encontrar paz, nos ha llevado a poder buscar en la oración un aliciente en estos tiempos de tanta incertidumbre y temor, es por ello, que hemos realizado y llevado una bendición especial a los dos centros hospitalarios más grandes que tiene el estado Táchira, el hospital central de San Cristóbal y el hospital del seguro social. Allí hemos encomendado a Dios a todo el personal que labora en el área de la salud, pero no solo a ellos, sino también a los pacientes a sus familiares y aquellos que no han podido librar la batalla, pero que seguro estamos ya se encuentran gozando de la verdadera paz al lado del creador.
Dios necesita acción y esto nos debe llevar a una verdadera conversión, en buscar cada día más y más a Dios, no solo cuando estamos en una crisis, sino también en los momentos de alegría, de paz y cuando lo tengo todo, por eso hago un llamado de atención a los niños, jóvenes y adultos, para que no perdamos el tiempo buscando placeres, sino aprovechemos cada instante para permanecer en aquel que nos ofrece la verdadera felicidad que es Dios, concluyó el presbítero Ricardo Ramírez.