“Sean hombres capaces de construir relaciones” allí donde cuesta más, “sean siempre la mirada de Pedro”, que sabe que no tiene «la solución para todo», pero que tiene «lo que importa, es decir, a Cristo», y puede dar testimonio de su amor, «de esa caridad que está dispuesta a todo».
El Papa León XIV describe así la misión de los representantes pontificios ante los Estados y las organizaciones internacionales de todo el mundo, reunidos este martes, en la Sala Clementina, después de haber celebrado juntos ayer el Jubileo de la Santa Sede y atravesado la Puerta Santa, con el compromiso de «ser valientes testigos de Cristo, nuestra esperanza».
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“Cuento con ustedes para que en los países donde viven todos sepan que la Iglesia siempre está dispuesta a todo por amor, que siempre está del lado de los últimos, de los pobres, y que siempre defenderá el sacrosanto derecho a creer en Dios, a creer que esta vida no está a merced de los poderes de este mundo, sino que está atravesada por un sentido misterioso”
Al servicio de los pueblos víctimas de guerras e injusticias
Solo el amor, aclara el Papa, «es digno de fe, ante el dolor de los inocentes, de los crucificados de hoy», que muchos nuncios apostólicos conocen personalmente, «porque sirven a pueblos víctimas de guerras, de violencias, de injusticias, o incluso de ese falso bienestar que engaña y decepciona».
En comunión con el Papa y los obispos locales
Antes de entregarles el anillo con la frase grabada «sub umbra Petri», que describe bien el significado de su servicio, León XIV invita a los representantes pontificios a sentirse «siempre unidos a Pedro, custodiados por Pedro, enviados por Pedro».
Solo en la obediencia y en la comunión efectiva con el Papa su ministerio podrá ser eficaz para la edificación de la Iglesia, en comunión con los obispos locales.
Instrumento de unidad, al servicio de la dignidad de la persona
Por eso les pide que tengan siempre «una mirada bendecida, porque el ministerio de Pedro es bendecir, es decir, saber ver siempre el bien, incluso el que está oculto, el que es minoritario». Y que se sientan misioneros, «enviados por el Papa para ser instrumentos de comunión, de unidad, al servicio de la dignidad de la persona humana», promoviendo «relaciones sinceras y constructivas con las autoridades con las que estarán llamados a cooperar».
Con información de Vatican News