León XIV en el Quirinal invita a mirar los rostros de los muchos que «se ven arrastrados por la ferocidad irracional de quienes planean sin piedad la muerte y la destrucción» en las numerosas guerras «que devastan nuestro planeta» y a escuchar su grito. Y renueva «el sentido llamamiento» de san Pablo VI en su mensaje para la primera Jornada de la Paz, en 1968:
Renuevo mi ferviente llamamiento para que se siga trabajando por restablecer la paz en todas las partes del mundo y para que se cultiven y promuevan cada vez más los principios de justicia, equidad y cooperación entre los pueblos, que son su base indispensable.
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El Papa recuerda los llamamientos de sus predecesores, desde Benedicto XV hasta Pío XII, y las palabras de San Juan XXIII en la Encíclica Pacem in terris: «todo ser humano es una persona, es decir, una naturaleza dotada de inteligencia y libre voluntad; y, por lo tanto, es sujeto de derechos y deberes que brotan inmediata y simultáneamente de su propia naturaleza: derechos y deberes que son, por lo tanto, universales, inviolables, inalienables».
Agradecimiento al compromiso de Italia con los niños de Gaza
En el Salón de los Espejos, tras escuchar el discurso del Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, el Papa agradece «el compromiso del Gobierno italiano en favor de tantas situaciones de dificultad relacionadas con la guerra y la miseria, en particular con respecto a los niños de Gaza, también en colaboración con el Hospital Bambino Gesù». Se trata, explica, de «contribuciones importantes y eficaces para la construcción de una convivencia digna, pacífica y próspera para todos los miembros de la familia humana».
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