El Papa Francisco veneró en privado la estatua de la Inmaculada Concepción en la Plaza España de Roma y rezó ante la imagen de la Salus Populi Romani en la Basílica de Santa María la Mayor en la mañana de este 8 de diciembre.
El Pontífice llegó poco antes de las 6:15 a.m. a la Plaza España de Roma para realizar el acto de veneración a la Virgen en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
A su llegada, el Papa saludó a la embajadora de España ante la Santa Sede, María del Carmen de la Peña Corcuera, quien estaba acompañada por un par de funcionarios españoles y “se disculpó por la hora”, ya que todavía no había amanecido.
Luego, el Santo Padre colocó un cesto de rosas blancas en la base de la columna sobre la que se encuentra la estatua de la Virgen y permaneció en silencio orante.
“El Papa pidió el milagro de la curación para los numerosos enfermos; la curación para los pueblos que sufren tan duramente las guerras y la crisis climática; y la conversión, para que derrita el corazón de piedra de quienes construyen muros para alejar de sí mismos el dolor de los demás”, informó la oficina de prensa de la Santa Sede.
Después, el Santo Padre visitó la Basílica romana de Santa María la Mayor para rezar ante el icono mariano de la Salus Populi Romani, la Patrona de Roma. El Papa fue recibido y acompañado por el arcipreste de la Basílica, el Cardenal Stanislaw Rylko, quien le dio la bienvenida «a la casa de la Madre».
Mientras tanto, a las 7:00 a.m. los bomberos italianos realizaron el tradicional acto de veneración a la Virgen de la Inmaculada Concepción. Un bombero colocó una corona de flores en el brazo de la estatua mariana de la que mide alrededor de 22 metros de altura.
La estatua de la Inmaculada Concepción fue inaugurada el 8 de diciembre de 1857.
Se trata de una imagen en bronce que realizó el escultor Giuseppe Obici y está colocada sobre una columna de 12 metros sobre una base en la que están representados los cuatro evangelistas.