El intenso dolor de rodilla no permite a Francisco subir escaleras o permanecer mucho tiempo de pie, por lo que en su último viaje a Malta tuvo que ser ayudado con una plataforma móvil para subir y bajar del avión.
Estos problemas de movilidad del papa preocupan ante los próximos viajes que deberá afrontar como el de Líbano a mediados de junio o el en julio el ya confirmado a República Democrática del Congo y Sudan del sur.
El sábado pasado, al término del simposio promovido por la Asociación “Fiat”, el Papa se había disculpado expresamente de antemano ante los participantes en la audiencia por el hecho de que los saludaría sentado, «este dolor en la rodilla -había dicho- no me permite estar tanto de pie».
Diario Católico