En la Basílica de San Pedro, el Papa León XIV presidió este lunes 9 de junio la Misa del Jubileo de la Santa Sede, acompañado por empleados de la Curia Romana. La celebración coincidió con la memoria litúrgica de María Madre de la Iglesia, que por voluntad del Papa Francisco, a través de un decreto del 11 de febrero de 2018, fue inscrita en el Calendario Romano General. De carácter obligatorio para toda la Iglesia de Rito Romano, se celebra el lunes después de Pentecostés.
En un clima de profundo recogimiento, la jornada comenzó en el Aula Pablo VI con una meditación a cargo de la hermana Maria Gloria Riva, quien invitó a los presentes a contemplar el misterio de la fecundidad espiritual de la Iglesia. El programa del evento jubilar también incluyó la posibilidad de recibir el sacramento de la Reconciliación en el atrio de la misma Aula.
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A continuación, el Papa portó la cruz jubilar y encabezó la procesión de oficiales, funcionarios de la Sede Apostólica y sus familiares hacia la Puerta Santa de la Basílica Vaticana.
Durante la homilía, el Obispo de Roma reflexionó sobre dos imágenes bíblicas que iluminan la esencia de la Santa Sede y de la Iglesia entera. La primera, tomada del Evangelio según san Juan, presenta a María al pie de la Cruz, testigo fiel y madre confiada por Jesús al discípulo amado.
“La maternidad de María, a través del misterio de la cruz, dio un salto impensable”, explicó el Pontífice. “La Madre de Jesús se convirtió en la nueva Eva, unida a la muerte redentora del Hijo y, así, fuente de vida nueva para todos los hombres”.
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