Es hoy una voz que clama en el desierto de la atención internacional, porque las prioridades parecen otras. La voz de la Santa Sede, que desde el inicio de la crisis en la Franja de Gaza pide un alto el fuego, la entrada de ayuda humanitaria y la apertura de un diálogo constructivo. Pero, por ahora, ese eco se pierde a lo lejos, mientras la amarga constatación es que, pese al goteo de masacres cotidianas, “actualmente no hay diálogos”.
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El cardenal Pietro Parolin habló desde el hospital pediátrico Bambino Gesù, donde este viernes 5 de septiembre acudió para bendecir una imagen de Pier Giorgio Frassati, que el próximo domingo será canonizado junto a Carlo Acutis por el Papa León.
La tragedia exige diálogo
El periodista Daniele Rocchi, de la Agencia Sir, recogió las reflexiones del secretario de Estado, especialmente su insistencia tan reiterada también por el Papa “en que las partes retomen el diálogo y, a través de ese diálogo desea el cardenal Parolin, puedan encontrarse soluciones a la terrible y trágica situación de Gaza”. La nuestra, prosiguió el purpurado, “es una voz que sigue levantándose, como ya lo hemos hecho en otras ocasiones. Lo hicimos ayer de manera muy decidida incluso con el presidente de Israel y esperamos que esta voz, unida a la de la comunidad internacional, pueda producir algún efecto”.
Proteger a quienes no pueden desplazarse
Una pregunta lo llevó a referirse a la crítica situación que vive la parroquia local de Gaza, la cual, desde el inicio de las hostilidades, acoge a cientos de personas. La preocupación por ellos, dijo el cardenal Parolin, “es grande, porque allí hay también muchas personas con discapacidad que no pueden ser trasladadas a otro lugar. Por eso, esperamos que se respete a quienes han decidido quedarse y no tienen otra opción. Y que se escuche este llamado a protegerlos y a salvaguardarlos”.
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