Una gran obra de Dios se ejecuta en el Centro de Formación Internado San Francisco de Asís, que alberga a 120 adolescentes indígenas de la etnia Pemón en el estado Bolívar, cuyo lugar está dirigido por Monseñor Gonzalo Ontiveros, vicario apostólico de Caroní.
En su visita a las instalaciones de Diario Católico, la autoridad eclesiástica, espera que instituciones y sociedad civil contribuyan a la continuidad de la Casa Hogar Santa Teresita de Kavanayén, en la que se lleva adelante la formación integral y cristiana de 40 niñas de dicha comunidad.
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Dijo que las necesidades de esta población son grandes, y cada día crecen aún más, por lo cual se hace necesario el apoyo de los venezolanos para que este trabajo siga brindando frutos, y de esta manera los menores de edad tengan acceso a la educación, salud, y valores.
“Buscamos mejorar la calidad de vida a los jóvenes y niños de la gran sabana, ya que al vivir en zonas muy apartadas donde no tienen acceso para cursar estudios, se ven obligados a irse a las minas, en cuyos lugares no cuentan con las condiciones para trabajar”, dijo.
Padrinos
Ante la imperiosa necesidad que tiene el centro de formación, Ontiveros pide la intervención del Señor para que haya “padrinos” que se sumen a la causa, y así obtener los recursos para el mantenimiento del lugar.
“Queremos misioneros que estén aquí o fuera del país se interesen por el proyecto, se apunten y digan, yo quiero apadrinar un niño indígena o una niña indígena, que están en situaciones de riesgo, en comunidades lejanas, pero que tienen toda la disposición de estudiar, prepararse y salir adelante”, señaló.
Monseñor detalló que el espacio contaría no solo con las aulas de clase, también laboratorios, y alimentación, con el fin que la formación sea integral para las niñas y adolescentes.
Estima que pronto pueda lograr los objetivos en medio de una experiencia difícil que ha tenido que pasar, por la cultura de estas personas.
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“Ellos ven la vida de otra manera muy diferente a la de nosotros, es una cultura distinta, son muy desprendidos de las cosas, están más en contacto con la naturaleza, viven a su estilo y manera”, dijo.
Recalcó que viven en condiciones de pobreza extrema, lo que brindan condiciones para el contagio de diversas enfermedades, incluyendo las ya erradicadas del país.
“Es importante recordar que la Iglesia tiene más de 100 años en la zona, la cual ha hecho hasta ahora un trabajo extraordinario en formar educar, de enseñar, de transmitir valores, de inculcar el evangelio, así desde la educación, desde la formación, desde el trabajo social, desde muchas áreas, no solamente en lo sacramental, sino también abierto a otras posibilidades de enseñar las cosas de Dios, desde el servicio y la caridad”, acotó Monseñor.
Destacó que el estado Bolívar cuenta con muchos indígenas que son misioneros en sus propias comunidades, quienes enseñan la palabra de Dios, dan catequesis, y llevan una vida de participación como laicos en la iglesia, y en aquellos lugares donde no hay sacerdotes ni religiosos.
Ante esto, indicó que el proyecto va enfocado a que los jóvenes que logren rescatar del mundo de la minería, puedan estudiar y formarse, ya que con el paso del tiempo estas mismas personas sean las que custodien la fe del pueblo, y sean las que ayuden a estudiar a otras.
Maryerlin Villanueva