EDITORIAL
El tiempo de la pandemia sigue avanzando, si bien algunas ciudades del mundo ya han dado pasos arriesgados para el descofinamiento. Parece que en Venezuela aún no están dadas las condiciones, por el precario sistema de salud que ya estaba colapsado antes de la llegada del coronavirus.
Lo que si no ha detenido es el complicado conflicto político de la nación. Hace meses el oficialismo de Nicolás Maduro armó su aparato electoral, para promover las elecciones parlamentarias. Y ahora para garantizar y legitimar su realización deja en libertad (o prisión domiciliaria) algunos presos políticos, gesto que nos llena de alegría por la liberación de quienes injustamente estaban encarcelados.
Pero, ¿Qué significara esto para las pretensiones políticas tanto del gobierno como de la oposición, y el futuro de la democracia?, además ¿sin el control de la pandemia, es conveniente ejecutar una jornada electoral?, y si se efectúa que hacer: ¿vota o no votar?
A simple vista, la política y la pandemia, la vivimos como dos virus en un solo país. Si bien el gesto del supuesto “indulto” de los encarcelados y las elecciones como acción suprema de la democracia parecen buenas acciones, de igual forma en el tablero siguen siendo jugadas de quien tiene poder para imponerse.
Johan Pacheco
johanpaco@gmail.cpm