Estos días está circulando por WhatsApp un mensaje en el que el autor o autora se cuestiona las pruebas de diagnóstico PCR nasofaríngeas, en las que se extrae una muestra de las células nasales para ver si el paciente tiene covid-19. En el mensaje, se pregunta por qué se recurre a este método cuando “una sola gota de saliva supuestamente contagia a medio mundo”. Investigamos los motivos por los que las pruebas PCR nasofaríngeas están más generalizadas y cuál es su fiabilidad en comparación con las pruebas PCR con muestras de saliva.
“A veces no me explico: ¿por qué hacer un hisopado con una varita tan larga, al fondo de tu nariz para encontrar el ‘virus’, cuando una sola gota de saliva, supuestamente contagia a medio mundo? Es raro todo esto, ¿usted no se lo pregunta?”
Probablemente el autor o autora de este mensaje no sea la primera persona en preguntarse por qué las pruebas PCR habitualmente utilizan un hisopo que se introduce por la nariz si se exige a la población llevar siempre la mascarilla para evitar el contagio por aerosoles. ¿No sería suficiente entonces coger muestras directamente de la saliva?
Lo cierto es que diversos centros de investigación ya se han molestado en medir cuánto de sensible es una prueba de diagnóstico cuya muestra es la saliva. “Varios estudios muestran que la saliva puede usarse para detectar, no solo la presencia del virus, sino también anticuerpos frente al mismo”, indica a Verificat Adelaida Sarukhan, inmunóloga y redactora científica de ISGlobal. En ellos, prosigue, se ha observado que “la amplificación de material genético a partir de saliva puede tener la misma especificidad y sensibilidad que las muestras nasofaríngeas”, o sea, que los estudios indican que, al menos en cuanto a capacidad de detectar el virus, es bastante similar a la prueba PCR del hisopo en la nariz.
¿Y en el mundo real?
Sin embargo, los expertos consultados insisten en que una cosa es la toma de muestras en el laboratorio, a través de ensayos clínicos controlados, y otra cosa es hacer esto mismo en el mundo real: “La saliva es una muestra bastante compleja. Primero, porque cuando dices ‘saliva’ no sabes exactamente a qué te refieres: secreción gingival, lo que los chavales llaman un ‘sipi’, un esputo…”, indica a Verificat Tomàs Pumarola, el jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron, y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). A esta dificultad de saber cuál es la toma correcta, también se le añade la pregunta sobre cuál es el mejor momento para tomarla: “¿Ha de haberse estado antes en ayunas o no? ¿Se toma por la mañana por la tarde o por la noche? ¿Ha de hacerse un enjuague bucal previo? Hay muchísimos factores a la hora de recoger la saliva, no es tan sencillo como la gente piensa”, concluye el médico.
De momento, los expertos no tienen claro tampoco cuál es el rendimiento de las muestras de la saliva en el mundo real: “En situación de estudio probado la sensibilidad probablemente es muy similar a la de la rinofaringe, pero en situaciones de vida real quizá sea inferior, porque hay muchos tipos de muestra y muchas condiciones diferentes”, razona el científico.
En ese sentido, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España ha valorado la prueba PCR como “una herramienta vital para determinar el alcance de la pandemia del covid-19” porque es la que ofrece “mayor fiabilidad“.