La búsqueda incesante para brindarle apoyo a los niños y niñas menores de cinco años, además de madres embarazadas y lactantes es la premisa del Proyecto SAMAN, Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención Nutricional de Cáritas Venezuela.
En el estado Táchira la iniciativa está activa desde el año 2018 y fue tan efectiva su aplicación que hoy día es un accionar fundamental en las comunidades de la región, ya que los objetivos se cumplen, pese a los obstáculos existentes en las zonas vulnerables donde se requiere mayor apoyo y ayuda.
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Sin embargo, y contra cualquier pronóstico las comunidades se suman día a día para que Cáritas de la Diócesis de San Cristóbal visite y atienda a la población de mayor vulnerabilidad, la cual se ve afecta por estados de desnutrición, una condición que ha sido catalogada por la Organización Mundial de la Salud, OMS, como: el estado proteico originado por el consumo deficiente de alimentos y de una ingestión energética inferior a los requerimientos durante periodos prolongados.

Nancy Zulay Parada, encargada del Proyecto SAMAN de Cáritas de Venezuela en la entidad, refuerza la realidad de la aplicación de este beneficio, el cual cataloga de asertivo ante la demanda y el compromiso médico-comunidad que se ha gestado con cada atención y apoyo prestado.
“El Táchira fue estado piloto para la aplicación del proyecto SAMAN y la aceptación ha sido efectiva por el trabajo de Cáritas en la captación de niños en estado de vulnerabilidad y además de la recuperación que aún se mantiene en ascenso”.

Parada aclara que el trabajo nace con la petición comunal y posteriormente, con trabajo de campo se ejecuta la primera etapa para aplicar el proyecto, el tamizaje, un procedimiento en el cual los especialistas escudriñan, analizan y detectan los trastornos metabólicos de los niños y niñas menores de cinco años para dar paso a la segunda etapa, la concreción de los viveros, una práctica que unifica a los grupos vulnerables durante tres meses, para ser supervisados por padres, madres, representantes y médicos en la búsqueda de ir mejorando las condiciones de los afectados.
“Nosotros vamos hacía las comunidades, cuando nos contactan para pedir la jornada (…), pedimos un censo bajo los estándares de atención (…) en el estado se han detectado dos tipos de condiciones la desnutrición la Aguda Moderada (DAM) y la Desnutrición Aguda Severa (DAS), ambas atendidas con la celeridad requerida”.
Trabajo conjunto
La encargada del proyecto reitera que el trabajo debe ser mancomunado para que los resultados sean positivos, pese a que en algunas ocasiones la parte familiar falla esto no es una situación que aleja a Cáritas para seguir apoyando, el trabajo continúa con mayor intensidad.
“Hay muchos más padres comprometidos y esto les genera la esperanza necesaria de ver a sus hijos recuperados (…) este año se han atendido mil 875 niños y niñas desde el cinco de enero al cinco de julio y existen mayores logros que fallos, entendiendo siempre que la recuperación de los infantes es progresiva”.

Sumado al plan, Cáritas realiza jornadas de atención general donde también las cifras de ayudas son representativas. En este año se han atendido 610 niños mayores de cinco años,134 mujeres embarazadas y lactantes, se han desparasitado 335 personas y se han entregado 985 kit de medicamentos.
Ayudas asignadas
Nancy Zulay Parada, encargada del Proyecto SAMAN, destacó que existen otras asignaciones para apoyar a los sectores vulnerables, las cuales se discriminan en 100 platos de comidas mensuales, ayudas monetarias, entrega de insumos de limpieza y bolsas de comida.
Aduce que es necesario crear hábitos para que las familias vayan en la medida de sus posibilidades mejorando su calidad de vida, de allí, que realizan talleres para la construcción de filtros artesanales para potabilizar el agua además de jornadas de saneamiento para ser aplicada en cada vivienda.
“Con esto se garantiza que el niño y niña además de las madres embarazadas y lactantes vivan en un ambiente sano, limpio y adecuado para su desarrollo físico y emocional”.
Es imperativo, aclara la especialista, que las comunidades sigan invitándonos para la realización de las jornadas ya sean abiertas o las relacionadas directamente con el programa SAMAN, puesto que la intención es atender, cuidar y proteger, en nombre de Dios, a todos los que necesiten.
Carlos A. Ramírez B.