Monseñor Luis Alfonso Márquez, obispo emérito de la arquidiócesis de Mérida, quien durante cuatro años acompañó la labor pastoral y evangelizadora en el Santuario Diocesano José Gregorio Hernández de San Cristóbal, recibió un homenaje por parte de los servidores y el Rector, tras anunciar que se mudará a la ciudad de Mérida.
La eucaristía en acción de gracias se celebró con la presencia del rector del Santuario presbítero Emmanuel Pernía y el rector del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, presbítero Reinaldo Balza.
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Monseñor Márquez se refirió a la memoria litúrgica de Santa Teresa Benedicta de La Cruz, indicando que todos los cristianos estamos llamados a servir y a ser testigos del evangelio, como esta religiosa que se convirtió del judaísmo y murió en el campo de concentración de Auschwitz. En este contexto recordó a Monseñor Mario Moronta, quien cumplió fielmente su lema episcopal.
Anécdotas
Al finalizar la eucaristía, el Pbro. Emmanuel Pernía agradeció a Monseñor Luis Márquez su acompañamiento al Santuario. «Nos ha enseñado el amor a Dios y al prójimo -dijo-. Cuando la capilla fue elevada a Santuario, monseñor Moronta le propuso celebrar aquí la eucaristía y él aceptó gustoso. Allí empezó una gran catequesis». Indicó que el cáliz del Santuario fue donado por monseñor Márquez.

El Pbro. Reinaldo Balza comentó que se aprende mucho de los sacerdotes mayores y monseñor Márquez destaca por su cercanía y sencillez.
Los servidores y fieles destacaron las enseñanzas del Obispo sobre el Concilio Vaticano II y ponderaron su carácter alegre y ocurrente.
Monseñor Luis Márquez nació en Tovar estado Mérida el 17 de diciembre de 1936, se inició en la vida sacerdotal en el seminario Santo Tomás de Aquino. Se incorporó en la Congregación de Jesús y María, fundada por San Juan Eudes. La mayor parte de su ministerio estuvo dedicada a la formación sacerdotal, incluyendo su paso por el seminario Santo Tomás de Aquino.

Fue obispo auxiliar de la arquidiócesis de Mérida desde el 2001. En el año 2013 pasó a retiro y se estableció en San Cristóbal. Desde entonces celebró eucaristía y administró los sacramentos en varias parroquias y en el Santuario Diocesano José Gregorio Hernández. A mediados del mes de agosto se establecerá en Mérida, en el seminario San Buenaventura.