Hoy 15 de noviembre, festejamos el gran santo dominico Magnus Albert, Alberto el Grande, el sabio maestro de teología, de filosofía y de ciencias naturales.
Este fue dirigido hacia la vida religiosa, gracias al beato Jordán de Sajonia. En 1229, visitó el hábito de los frailes predicadores y fue enviado a Colonia, en donde se encontraba la escuela más importante de la Orden.
Le puede interesar: Francisco: Que la violencia no desanime al pueblo turco
Enseñó en Hildesheim, en Friburgo, en Ratisbona, en Estrasburgo, en Colonia y en Paris. Entre sus alumnos tuvo a Santo Tomás de Aquino, cuyas dotes de pensador adivinó pronto.
Llamado a Roma, tuvo que aceptar el nombramiento a obispo de Ratisbona. Se volvió proverbial a su total desapego de las comodidades que le podía brindar su alto cargo: “En sus cajones no había ningún centavo, ni una gota de vino en la botella ni un puñado de trigo en su granero”.
Dirigió la diócesis solo durante dos años, luego pidió y obtuvo la renuncia a su alto cargo, y volvió a vivir la vida común en su convento de Würzburg y a enseñar en Colonia.
San Alberto Magno, fue proclamado luego de su muerte por Pio XIII, como el patrono de los científicos, titulado de igual manera como el “Doctor Universal”.