El libro de los Hechos de los Apóstoles describe el proceder de las primeras comunidades cristianas y señala que los creyentes trataban de poner en común todos los bienes, así ninguno sufría necesidad. Entre los discípulos que dieron cuanto tenían para ayudar en la extensión de la Palabra, se encontraba un levita nacido en Chipre a quien los apóstoles llamaban Bernabé, que quiere decir “El Animador”.
El libro de los Hechos señala que Bernabé vendió un campo de su propiedad y puso todo el dinero a los pies de los apóstoles. Se dice que, aunque no pertenecía a los Doce, es posible que fuera uno de los setenta discípulos que Jesús envió a predicar. Otra versión señala que se formó en la fe en Jerusalén, luego de la venida del Espíritu Santo.
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Fue enviado a predicar el Evangelio en Antioquía, donde se percató de la factibilidad de difundir el mensaje de Cristo. En atención a ello, pidió permiso en Jerusalén para buscar a Saulo de Tarso, quien más adelante tomaría el nombre de Pablo. El trabajo mancomunado entre Bernabé y Pablo para llevar el mensaje de Dios y extender la Iglesia tuvo un gran resultado y fue en el contexto de esta evangelización que en Antioquía por primera vez los discípulos tomaron el nombre de cristianos.
La alegría de los apóstoles por la conversión de muchos paganos, los motivó a desplazarse a otros lugares a evangelizar. En una primera etapa viajaron a Chipre, acompañados por un primo de Bernabé llamado Juan Marcos, el joven que más adelante escribiría uno de los evangelios sinópticos.
La predicación no estaba exenta de peligros y contrariedades, por ejemplo en Iconio donde, si bien muchos judíos abrazaron la fe, otros envenenaron los ánimos de los paganos contra los apóstoles, de manera que casi mueren apedreados. También en la localidad de Listra donde por la oración de Pablo un hombre inválido pudo volver a caminar, la gente pensó que Pablo y Bernabé eran dioses y pretendían ofrecerles sacrificios.
Bernabé y Pablo se separaron antes de la segunda misión, por lo que Bernabé regresó a Chipre. Desde entonces, no se tuvo más noticia de Bernabé, aunque escritos apócrifos señalan que fue martirizado por los judíos hacia el año 70 en Salamina.
Legado
De la actuación de Bernabé se desprenden los méritos de la generosidad y el compromiso de este hombre con la fe. No solo entregar sus haberes, sino incorporarse con valentía en la predicación de la Buena Nueva, aún en medio de las dificultades y peligros.
También es de observar en Bernabé, la humildad y el voto de confianza que facilitó el acercamiento de Pablo con los apóstoles y que tuvo siempre como objetivo acercar las almas a Dios.
Devoción
San Bernabé es venerado en Chipre y el Milán como fundador de la Iglesia y primer obispo. En España es patrono de la ciudad de Lorgoño y Alcalde Perpetuo de la localidad de Marbella (Málaga). En la isla de Tenerife se le ha invocado como protector de los campos junto con San Benito de Nursia.
Oración a San Bernabé apóstol
Dios nuestro, que, después de haber infundido
en abundancia la fe y el Espíritu Santo en San Bernabé,
lo destinaste para que anunciara a los pueblos paganos
el mensaje de salvación, haz que el Evangelio de Cristo,
que él predicó valerosamente, sea proclamado con
fidelidad por nuestras palabras y nuestras obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.
Ana Leticia Zambrano